La reubicación de varias familias del sector de la Nueva Prosperina al plan habitacional estatal Socio Vivienda, que se realizó el pasado 23 de marzo, preocupa a los moradores, ya que algunos quieren participar del proceso y otros prefieren quedarse en ese cerro.

Aura Pincay, por ejemplo, dijo que vive diez años en el sector y desde hace tres posee documentos de la legalización municipal de su terreno. “Nos dijeron que vamos a ser reubicados, pero tenemos escrituras, hemos pagado predios, estamos al día en todo”, expresó la mujer, quien contó que ante esta situación solicitó una matrícula inmobiliaria en el Registro de la Propiedad y pagó los $ 4,08 de los impuestos prediales.

“Nadie nos dijo que hiciéramos casas de cemento, pero cuando nos dieron las escrituras nos sentimos confiados y empezamos a construir. ¡Cuánto invertimos en las viviendas para tener un mejor lugar para nuestros hijos!”, dijo Pincay.

Publicidad

A pocos metros, Carlos González derribaba el pasado jueves los muros de su anterior casa para aprovechar las varillas de acero y venderlas como chatarra en una acerería. Él fue uno de los reubicados en Socio Vivienda, pero funcionarios del Miduvi le pidieron que desmontara su anterior vivienda.

Segundo Salvatierra indicó que no tenía problemas en mudarse al plan habitacional, pero en su casa de dos pisos viven doce personas, por lo que pide un lugar adecuado. En su manzana del cerro, señaló, las casas tienen medidor de agua potable y servicio de energía eléctrica.

En cambio otra moradora, que prefirió el anonimato, dijo que en la última visita de personal del Miduvi ella no estuvo en su casa y teme quedar fuera del listado de reubicados.

Publicidad

Otra residente que ya fue reubicada manifestó que sus vecinos en la manzana 1098 corren peligro por los aluviones que se producen con las lluvias, pero no han sido tomados en cuenta por no estar en una zona de alto riesgo.

En una manzana donde los residentes no tienen sus terrenos legalizados, están preocupados porque serán desalojados y no reubicados, puesto que no fueron censados antes por el Miduvi, como afirmó Esther Pincay.

Publicidad

“En el Municipio se nos dice que esto no puede ser legalizado, nos dicen que somos invasores, pedimos ser tomados en cuenta”, mencionó Pincay, quien agregó que hay unas 200 familias en igual situación.

Antonio Iturralde señaló un punto en la zona más elevada del cerro donde supuestamente varias personas apuntalaban unas cañas en tierra rozada.

A causa de las lluvias producidas los pasados 2 y 3 de marzo, varias viviendas fueron afectadas por los deslizamientos de tierra. En un recorrido que realizó un equipo de este Diario el pasado 5 de marzo, se constató que existían decenas de casas con daños estructurales que ponían en peligro a sus ocupantes ante otro aluvión.

Además se comprobó que las precipitaciones causaron daños dentro de algunos hogares en Socio Vivienda, por el nivel de agua con lodo que alcanzaban ahí las inundaciones.

Publicidad

En días pasados, después de una visita del ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, Pedro Jaramillo, esa cartera de Estado envió un boletín que decía que “existe la posibilidad de declarar el estado de emergencia en la zona”.

También señala que el Miduvi está en conversaciones con la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) para realizar un censo de las familias que viven en el cerro y definir futuras acciones. “Existe la presencia de desplazamientos tectónicos, lo que significa que hay casas con fisuras que pueden caerse, sus columnas están prácticamente deterioradas”.

En otro comunicado, del 25 de marzo, el Miduvi informó que reubicó a 70 familias porque la SNGR activó la emergencia el 23 de ese mes en el cerro de Nueva Prosperina. Según el texto, junto con miembros de la SNGR, Fuerzas Armadas y la Policía se entregaron soluciones habitacionales en Socio Vivienda II, con casas de 40 metros cuadrados de hormigón armado, que comprenden una sala, comedor, baño, tres dormitorios y servicios básicos.

El Miduvi mediante un censo del año pasado identificó unas 300 viviendas asentadas en zonas de alto riesgo en el cerro.