Con el argumento de que son objeto de una supuesta persecución mediática, tras conocerse las supuestas anomalías en las inversiones fiduciarias del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), dos altos funcionarios renunciaron anteayer a sus cargos.

Gustavo Abdo López, quien se desempeñaba como gerente de Negocios Fiduciarios, y Javier Orti Torres, que tenía el cargo de jefe de Negocios Fiduciarios Inmobiliarios presentaron su carta de renuncia –con fecha 2 de abril– ante el presidente del Directorio del Biess, Ramiro González, y el gerente general, Efraín Vieira Herrera.

“La decisión –indica la misiva– responde al constante acoso y persecución del que hemos sido objeto de manera mediática las últimas dos semanas por supuestas irregularidades en nuestras funciones“. Y agrega que esas denuncias son falsas y que no tienen fundamento.

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A finales del año pasado, la Unidad de Auditoría Interna del Biess (UAI), la consultora privada Goldenbond y la Superintendencia de Bancos alertaron sobre las anomalías. Las revisiones coincidieron en que hubo inversiones inmobiliarias sin aprobación de los órganos establecidos en los manuales del Biess, es decir, del Comité de Negocios Fiduciarios (en proyectos cuya inversión fuera inferior a $ 10 millones) y del Directorio (en los planes que superaran ese monto).

Según los informes, las inversiones fueron aprobadas por la Junta del Fideicomiso de Inversión y Administración para el Desarrollo del Mercado Inmobiliario (Fiaidmi), creado por el IESS en diciembre del 2009 para canalizar inversiones, pero no para aprobarlas.

El auditor interno del Biess, Leonel Pinto Guevara, resaltó en su informe que la ley del Biess y la Junta Bancaria ordenan que sea el Directorio el que dé su autorización.

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De acuerdo con la UAI, ninguna de las 49 inversiones analizadas contaron con las aprobaciones del Directorio o del Comité de Negocios Fiduciarios; mientras que Goldenbond encontró 15 proyectos con esa deficiencia.

Además, la consultora privada halló que 14 inversiones inmobiliarias no contaron con informes de las gerencias de Riesgos ni Legal, como lo exigían las resoluciones del mismo banco.

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Ayer, Javier Orti manifestó que la decisión de invertir a través del Fiaidmi, al que se le inyectaron $ 200 millones, se dio en la época del IESS, “antes de que existan manuales operativos (y) reglamentaciones internas dentro del banco”.

De esta manera, agregó, “para agilizar los temas”, la Gerencia de Riesgos del Biess emitió políticas de seguridad financiera. Con base a estos parámetros, la Gerencia de Negocios Fiduciarios generaba un informe de viabilidad técnica, legal, financiera y de riesgos por cada proyecto, indicó. “Estos informes entraban al orden del día de la Junta del Fiaidmi, se exponían y los miembros aprobaban la inversión (sin límite de montos)”, contó Orti.

Explicó que los miembros de esa Junta son el gerente general, Efraín Vieira; el gerente de Inversiones, Omar Unda Izurieta; el gerente administrativo, José Ricaurte Ramia; el gerente legal, Diego Hermida Iza; y Gustavo Abdo.

Según Orti, este sistema de aprobación funcionó antes de que existiera el manual que le dio competencias al Directorio y al Comité de Negocios Fiduciarios para autorizar las inversiones. No obstante, ese manual fue emitido, de acuerdo con las auditorías, el 29 de septiembre del 2010, tres semanas antes de que el Biess inicie sus operaciones, el 18 de octubre del 2010.

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“Hubo un momento –señaló Orti– en que las dos cosas (los dos sistemas de aprobación) comenzaron a funcionar paralelamente”.