El 19 de diciembre de 2012, cuatro horas y media después de que el entonces presidente del Banco Central, Pedro Delgado, renunciara a su cargo y aceptara que falsificó su título de economista, el primer pronunciamiento que tuvo el país del presidente Rafael Correa se dio a través de las redes sociales.

“Día durísimo. Verificamos que Pedro Delgado había presentado un título falso en el INCAE. Le ha hecho un grave daño a la Revolución”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter @MashiRafael.

La misma red fue usada para expresar sus desacuerdos con el estatuto actual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), contar su visita por el Vaticano y hasta ordenar se investigue a quienes le faltaron el respeto en la red.

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Internet y en especial Twitter, una red usada por unos 500 millones de personas en el mundo y unas 450.000 en Ecuador, se ha convertido en un órgano oficial para comunicar decisiones, hacer anuncios o expresar posturas del Gobierno y sus ministros.

Su uso se ha popularizado entre los presidentes, como ocurre con Correa y los mandatarios de Estados Unidos, Barack Obama; Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; México, Enrique Peña Nieto; Venezuela, Nicolás Maduro y el extinto Hugo Chávez.

José Rivera Costales, coordinador de contenidos digitales del Centro audiovisual y multimedia del Ciespal, dice que es una tendencia mundial que se da por adoptar nuevos espacios de comunicación en los que cualquier persona puede participar. Esa, precisamente, es una de sus mayores fortalezas.

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“Ya no existe la intermediación de los medios para ser escuchado o que su mensaje tenga eco en la sociedad”, agrega.

En ese sentido, Andrés Seminario, exsecretario de Comunicación y experto en marketing, opina que los funcionarios y también la ciudadanía entendieron el poder de esta herramienta y lo capitalizaron. “Creo que empodera a la ciudadanía y consolida el poder que tenía la autoridad siempre que maneje bien las redes sociales”, indica.

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Twitter permite preguntar directamente o hacer alusión al funcionario solo con una mención a su cuenta y eso, coinciden los expertos, genera un cambio dramático en las relaciones de poder.

Antes, dicen Seminario y Rivera, había que solicitar una cita –sin garantía de obtenerla–, o esperar algún evento para llegar a un funcionario; ahora está a un tuit de distancia.

El mismo Twitter se define como una red de información en tiempo real, más que como una red social y eso, explica Rivera, hace que políticos, personajes conocidos o influyentes la usen como un canal efectivo.

En el país, los ministros y las secretarías de Estado tienen sus propias cuentas por las que hacen oficial la información. El ministro del Interior, José Serrano; el canciller Ricardo Patiño, y el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, son tres de los más activos.

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El pasado 26 de febrero, por ejemplo, Serrano anunció en su cuenta @ppsesa la recaptura de los primeros fugados del Centro de Rehabilitación conocido como La Roca. Patiño contó, incluso con fotos, su gira por Sudamérica y el Caribe en busca de apoyo a las propuestas de reformas a la CIDH.

Eric Samson, coordinador de la carrera de periodismo multimedios de la Universidad San Francisco de Quito, dice que una de las ventajas de Twitter es el alcance a cientos, miles y hasta millones de personas.

“Es una manera de llegar al segmento de la población que dispone de internet, clase media o alta. Se logra acceso masivo que a veces va más allá de lo que pueden ofrecer los medios de comunicación”, dice.

Pero también observa que es una manera de los funcionarios de controlar su comunicación frente a lo que, por el contrario, sería una rueda de prensa tradicional. “140 caracteres no es algo que permite un debate a fondo, una explicación profunda de una propuesta o una decisión, es más parecido a un titular desarrollado. Eso es más a menudo lo que buscan los políticos”, indica Samson.

El consultor y exsecretario de Comunicación, Antonio Tramontana, cree que el posicionamiento de Twitter en los organismos de Gobierno se da por la inmediatez, porque ofrece un resumen rápido en 140 caracteres, pero que es solo un complemento a la comunicación.

“El Twitter es para comunicarse con rapidez y dar una noticia escueta o desmentir algo, pero la declaración oficial y que exige profundidad en el tema tiene que estar”, dice. Por eso considera que la rueda de prensa es irreemplazable.

En los tiempos que corren con cada vez más denuncias de límites a la libertad de expresión, Twitter se convierte también en la opción de muchos medios no oficiales a los cuales los funcionarios no aceptan entrevistas. Es la forma de, al menos, tener su versión.

Samson dice que si bien puede ser una alerta, no es lo ideal. “Si bien el uso es legítimo, que la comunicación oficial se resuma a eso (a un tuit) o a cadenas donde nuevamente no hay posibilidad de visión crítica o analítica, es insuficiente”, dice.

Los expertos creen que el fenómeno seguirá creciendo, pero que del otro lado las entrevistas y la investigación tienen que estar más que nunca.

Más datos: El poder del tuit
Cuentas verificadas

Los expertos hacen una diferenciación en que no es lo mismo una cuenta verificada por Twitter, que garantiza su autenticidad, que otra que lleve la etiqueta de oficial porque puede en realidad no serlo.

Audiencia
En Ecuador, según la consultora Alexa.com, Twitter ocupa el puesto 10 de los sitios más consumidos en internet por la población.


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