El alcalde Jaime Nebot rechazó ayer las declaraciones del presidente Rafael Correa en el sentido de que el mandatario afirmó –el 9 de marzo pasado, durante una entrevista radial– que el Municipio local “no se deja ayudar”. “¿Por qué yo voy a rechazar alguna ayuda si la necesito? No me ayudan a mí, ayudan al pueblo”, subrayó.

Nebot sostuvo que, al contrario, es el Gobierno el que ha rechazado la colaboración municipal al alegar que posee competencia exclusiva. Dijo que el Cabildo debió eliminar un programa popular de asistencia médica y que fue excluido de un plan de reconstrucción de planteles. “En el caso de la seguridad nos dijeron chao, podemos solos...”, agregó con ironía.

Correa criticó la gestión socialcristiana al indicar que luego de 21 años, Guayaquil sigue inundándose, en relación con los estragos por el intenso aguacero del 2 de marzo pasado.

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Nebot replicó que ese día cayeron 160 milímetros de agua en tres horas, que la marea subió hasta 6,20 metros. Refirió que eso prácticamente no lo podría contener ninguna infraestructura de drenaje y descartó fallas en el sistema. Y citó que estados como California también sufren inundaciones.

Nebot recordó que militantes de PAIS han gritado: “Ahora la Alcaldía”. En ese sentido, bromeó: “Son como esos niños al que el papá le regala una docena de soldaditos, pero quieren todos los soldaditos; niños caprichosos. La diferencia es que aquí no hay un papá que regale Alcaldía, aquí hay un pueblo que elige alcaldes...”.

El alcalde también cuestionó las críticas de Correa respecto de la falta de legalización de Monte Sinaí. Remarcó que hay una prohibición de la Procuraduría por cuanto existe un litigio, que esas tierras pertenecen al Estado. Agregó que él ha trabajado con muchos presidentes y que con “el único” que ha tenido problema es con Correa.

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“Hay cosas en la vida que hay que hacerlas entre dos, uno solo no sirve, he trabajado con muchos presidentes y con el único con el que he tenido este problema es con este (Rafael Correa)”, manifestó.

Remarcó que no se presentará a la reelección, pero reconoció que vive un dilema. Dijo que su conciencia le dice que “no es bueno que facilite que se haga de Guayaquil lo que fue, que se la trate irresponsablemente...”.