Colectivos de homosexuales y feministas de Argentina expresaron ayer su ‘decepción’ tras la designación del papa Francisco por su rechazo al matrimonio gay, al aborto y al uso de métodos anticonceptivos.

La secretaria general de la Mesa Nacional por la Igualdad y diputada de Buenos Aires, María Rachid, recordó que, en vísperas de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina, el hoy papa encabezó una cruzada en términos de “guerra de Dios” contra lo que denominó un “plan del demonio”.

“También obstaculizó la educación sexual en las escuelas, se opuso a la distribución de preservativos y anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados y al derecho a decidir sobre el propio cuerpo de las mujeres”, agregó Rachid.

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“Con estas posiciones, no creo que la Iglesia católica revise su planteamiento sobre estos temas”, lamentó la diputada. A su juicio, es necesario plantear “una reflexión sobre la relación entre Iglesia y Estado e impedir que la Iglesia tenga influencia en el poder político, sobre todo, en regiones como América Latina”.

La elección del exarzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio “marca la clara voluntad del Vaticano de radicalizar su posición contraria al reconocimiento de las familias de la diversidad”, denunció la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans.

Para Esteban Paulón, presidente del colectivo gay, la posición radicalizada de Bergoglio en torno a este tema, la ley de identidad de género y el aborto seguro, legal y gratuito, les impide ser optimistas al respecto. El rechazo del dos veces presidente de la Conferencia Episcopal argentina al matrimonio entre personas del mismo sexo y al aborto derivó en un duro enfrentamiento con el gobierno de la mandataria argentina, Cristina Fernández.