Hace más de tres meses, el neurólogo le prescribió a María, de 39 años, una tomografía de la cabeza, debido a que ha tenido tres parálisis faciales, comentó su hermana Kimberly.

“Ya van más de 90 días y aún no le ponen cita a mi hermana. Me volvieron a decir que está el equipo dañado y que regrese en marzo. ¡Qué desesperante!”, dijo la habitante del Batallón del Suburbio.

Al esposo de Alicia, en cambio, lo derivaron a otro hospital, ya que el adulto mayor está internado por haber recibido un golpe en la cabeza. “Me dijeron que debía poner fecha acá, pero me dicen que está en mantenimiento y que le diga al médico que me ponga en esta hoja (prescripción del examen) que es emergencia para derivarlo”, indicó la mujer, de 67 años.

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Según una funcionaria del hospital Abel Gilbert, las citas para este examen se las están agendando para marzo.

Este equipo está en mantenimiento desde diciembre del año pasado, dijo Jonás Gonseth, gerente de la casa de salud, en ese mes. Afirmó que en el presupuesto de este año consta la adquisición de otro aparato.

En tanto, una mujer de 27 años tiene dos meses atendiéndose en consultas mensuales con un médico internista, porque la hematóloga que la trataba desde hace más de un año ya no labora en el centro.

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“En noviembre vine y me dijeron que ella ya no trabajaba aquí y que como no hay otra especialista de esa rama, me derivaron con un médico internista”, comentó la mujer, quien padecía anemia severa mientras estuvo embarazada. Su hijo ya tiene seis meses y ha mejorado su nivel de glóbulos rojos.

Ella debe tomar una pastilla diaria e inyectarse eritropoyetina de 5.000 U dos veces al mes, pero ninguno de los dos fármacos había en la farmacia. “Este mes no hubo, los anteriores sí”, comentó.

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Hace unos días, a los pacientes que acudieron a realizarse las sesiones de quimioterapia los enviaban a comprar un catéter Nº 22, una tavegil en suspensión y les pedían la copia de la cédula. Estos requerimientos constaban en un papel que estaba pegado en el pilar, junto a la puerta del área.

Otra de las quejas de pacientes de este centro es lo distante de las citas médicas en áreas como Cardiología, Otorrino, Gastroenterología, Oftalmología y Neurología. “A mí me atienden cada cuatro meses y las medicinas me las mandan solo para uno, el resto del tiempo me toca comprar”, refirió una mujer de 46 años que tiene inflamación en el colon desde hace más de dos.

Para cubrir la demanda de estas y otras áreas, a esta casa de salud se incorporaron ayer once médicos especialistas en cardiología, nefrología, oftalmología, laboratorio, patología e intensivistas.

De ellos, siete son parte del Plan Retorno del Ministerio de Salud, acogido en el 2011, y cuatro extranjeros: de Venezuela, Argentina, Perú y España.

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