¿Cuándo escribir deshecho y desecho?
El sustantivo «desecho» se deriva del verbo desechar (botar, despreciar, descartar). Desecho es lo último que queda después de haber seleccionado lo mejor. La basura, los restos, lo que sobra de algo, lo que es digno de desprecio son desechos.

El adjetivo «deshecho» proviene del participio irregular de deshacer (desbaratar, destrozar, descomponer, enflaquecer, debilitar).

En el DRAE consta con el significado de ‘dicho de la lluvia, de una borrasca, de un temporal, etc.: impetuosos, fuertes, violentos’. Como segunda acepción se incluye ‘desaliñado’.

En el Ecuador se usa con los sentidos de ‘cansado, agobiado, muy triste’.

Degollar y renovar se conjugan como contar
Hay que tener presente que los verbos irregulares no siguen los modelos de conjugación propuestos y sus lexemas (raíces) o desinencias (terminaciones o morfemas) sufren cambios. Es decir, estos infinitivos no se ajustan a los cuadros de conjugación de amar, temer y partir.

Los verbos degollar, renovar y contar se encasillan en el grupo de irregulares porque tienen la particularidad de aceptar cambios en su raíz. Veamos cómo pasa esto.

Los tres infinitivos mencionados terminan en -ar; por lo tanto, si se clasificaran en el grupo de los verbos regulares se tendrían que conjugar como amar. Pero esto no sucede así, pues se dice «yo amo», «tú amas», pero no «yo conto» ni «tú contas», sino «yo cuento» y «tú cuentas». Y precisamente esta última conjugación es la que se debe usar para «degollar» y «renovar».

Los verbos irregulares que se conjugan según el modelo de «contar» se diptongan (se unen dos vocales [-ue-]) en sus formas verbales que tienen acento prosódico en la raíz. En degollar y renovar las raíces son degoll- y renov-.

Degollan, degollen, renovan y renoven son formas incorrectas porque tienen la mayor fuerza de voz en sus penúltimas sílabas (go y no), segmentos que están justamente en sus raíces; por lo tanto, se deben diptongar en güe y en nue, respectivamente. Ejemplos: degüellan, degüellen, renuevan, renueven.

Las raíces que tienen pronunciación átona no sufren modificaciones: degollé, degollaron, degolláramos, renové, renovaron, renováramos... En este grupo la intensidad de la articulación cae, de manera respectiva, en las sílabas última, penúltima y antepenúltima, sin que se afecten sus raíces.

FUENTES: DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DICCIONARIO PANHISPÁNICO DE DUDAS Y NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Y LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.