Millares de neoyorquinos acudieron ayer a la caza de la mejor oferta en el “viernes negro” (Black Friday), el día que marca el inicio tradicional de la temporada festiva de compras de Navidad y que se vigila de cerca como un indicador importante para las ventas y los indicios de recuperación de la economía estadounidense.

Las imágenes de televisión mostraban a compradores atravesando como locos las puertas de los comercios. Con la esperanza de arrasar con todo, desde productos electrónicos a ropa, algunos de los más competitivos perdían la calma y forcejeaban sobre objetos o disputaban su lugar en la cola.

Las ventas con rebajas arrancaron desde las 23:00 del jueves tras la cena de acción de gracias.

Publicidad

La federación estadounidense de comercio esperaba este año una subida del 4,1% de la compras en comparación con el año pasado.