El presidente de EE.UU., Barack Obama, y los líderes del Congreso iniciaron ayer las negociaciones en busca de terreno común y una respuesta equilibrada al déficit y con el fin de conjurar el temido “precipicio fiscal” a partir de enero.

“Creo que todos somos conscientes de que tenemos un asunto urgente que atender. Tenemos que asegurarnos de que no suban los impuestos para las familias de clase media y que la economía permanezca fuerte”, dijo Obama al inicio de la reunión privada de poco más de una hora.

“Mi esperanza es que este será el comienzo de un proceso fructífero para que podamos llegar a un acuerdo que reducirá el déficit de forma equilibrada, y de que responderemos a algunos de estos impedimentos a largo plazo para el crecimiento y que también nos concentraremos en asegurarnos de que las familias de clase media puedan seguir adelante”, indicó el mandatario.

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Sin un acuerdo, a partir del próximo 2 de enero habría una subida de impuestos y recortes masivos de al menos $ 500.000 millones. En concreto, vencerían los recortes tributarios instituidos en el 2001 y el 2003 durante la presidencia de George W. Bush, que fueron prorrogados por dos años en el 2010.

También habría recortes masivos en el gasto público, incluso del presupuesto del Pentágono, el vencimiento de ciertos beneficios de desempleo y de los recortes de impuestos a la nómina.

Según los expertos, un posible escenario es que el Congreso prorrogue los recortes tributarios por un breve periodo mientras continúan las negociaciones para una reforma tributaria.

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Un posible escenario es que el Congreso limite un aumento de impuestos solo a hogares con ingresos anuales superiores al medio millón de dólares y no a los 250.000 dólares que exige la Casa Blanca.