El desempleo en América Latina y el Caribe cerrará este año con una tasa del 6,4%, que supone 0,3 puntos porcentuales menos que en 2011, según una proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los dos organismos de Naciones Unidas difundieron este lunes un nuevo número de su publicación conjunta "Coyuntura laboral de América Latina y el Caribe", donde señalan que los mercados laborales de la región resistieron con buen pie la desaceleración de la economía latinoamericana durante el primer semestre de este año.

Esto permite esperar una evolución positiva de los indicadores de empleo y desempleo para 2012, a pesar de que la previsión de crecimiento económico bajó a un 3,2 % frente al 4,3 % alcanzado en 2011, señalaron la Cepal y la OIT.

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El documento indica que la tasa de ocupación en la región aumentó 0,5 puntos en el primer semestre del año y se situó en el 56 %. El empleo asalariado formal cubierto por la seguridad social se expandió un 3 % en ese mismo periodo y los sueldos reales crecieron también un 3 %.

"Durante el primer semestre de 2012 en muchos países se mantuvo la tendencia reciente de mejoras en la calidad del empleo, caracterizada por el dinamismo de la generación de empleo asalariado", señalaron la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco.

"Nos encontramos con un mercado laboral en la región cuyos indicadores están en mejor pie que antes de la crisis", agregaron en el informe.

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Si bien las perspectivas regionales son positivas, la Cepal y la OIT advierten que los países latinoamericanos y caribeños tendrán un desempeño heterogéneo.

En países como Chile, Ecuador y Panamá se observa un mayor dinamismo en la creación de empleo gracias a un crecimiento económico basado en una expansión de la inversión, o en un aumento de las exportaciones, en el caso de México, Costa Rica y Nicaragua.

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Bárcena y Tinoco llamaron la atención sobre la situación de los jóvenes, quienes pese al buen estado del mercado laboral deben enfrentar obstáculos para insertarse en el mismo.

Según el estudio, los jóvenes sufrieron igual que los adultos el impacto de la crisis económica de 2008, aunque con el inconveniente de haber partido de una situación inicial de mayor desempleo y precariedad laboral.

Antes de 2008, el desempleo de los jóvenes de entre 15 y 24 años era entre 2,3 y 5,5 veces mayor que la tasa de los mayores de 25 años.

Durante la crisis de 2008, la brecha entre el desempleo juvenil y el adulto aumentó en cinco países y disminuyó en ocho, entre los que se encuentran potencias de la región como Brasil y México.

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Una vez superada la crisis, entre 2009 y 2011, la brecha entre el desempleo juvenil y el adulto volvió a crecer en nueve países y se acortó en cuatro, lo que implica que los jóvenes se han beneficiado en menor medida de la reactivación económica que los adultos, señalan la Cepal y la OIT.

Los dos organismos internacionales destacan que se mantienen problemas estructurales que afectan negativamente la inserción laboral de los jóvenes y sus perspectivas de vida a largo plazo.

Además existe una elevada proporción de jóvenes (20,3 %) que no estudian ni se incorporan al mercado laboral, especialmente mujeres dedicadas a las tareas del hogar.