Grupos de rescate seguían luchando el viernes por develar el alcance de la muerte y la devastación que dejó la tormenta Sandy en las costas de Nueva York y Nueva Jersey cuatro días después de su impacto, al tiempo que aumentaba la ira de los residentes por la falta de combustible y de energía eléctrica.

El total de muertos subió en un tercio el jueves para llegar a 98. En la ciudad de Nueva York, 40 personas fueron halladas sin vida, la mitad en Staten Island, que fue inundada por una pared de agua el lunes.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, y el administrador adjunto de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Richard Serino, planeaban visitar Staten Island el viernes en medio de acusaciones airadas de algunos sobrevivientes de que la zona había sido ignorada.

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Las escenas de víctimas furiosas cuando faltan cuatro días para las elecciones podrían complicar las cosas para los políticos, desde el presidente Barack Obama a los gobernadores y alcaldes de la región más poblada de Estados Unidos.

Obama visitó Nueva Jersey el miércoles y ha recibido elogios por su gestión ante el impacto de Sandy.

"Se olvidaron de nosotros", dijo Theresa Connor, de 42 años, al afirmar que su vecindario de Staten Island había sido "aniquilado". "Y (el alcalde Michael) Bloomberg dijo que Nueva York está bien. ¡La maratón está en marcha!", agregó.

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La furia ha ido en aumento en Nueva York por la decisión de Bloomberg de proceder con la mayor maratón del mundo el domingo, prometiendo que el evento -que atrae a más de 40.000 corredores- no desviará recursos de las víctimas de la tormenta.

Para sumarse al enojo público, los conductores de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut también debían lidiar con la escasez de gasolina.
Incluso antes del amanecer el viernes, podían verse largas filas alrededor de las gasolineras en la zona y la policía se desplegó en varios puntos para mantener la calma entre los furiosos y frustrados conductores.

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Los pronósticos de temperaturas más frías sólo elevaron la tensión, puesto que muchos en Nueva Jersey y en otras partes han estado usando generadores a combustible para tener luz y calefacción mientras esperan que las empresas de servicios públicos reanuden el suministro.

En la estación de Hess en Fairfield, Nueva Jersey, las personas esperaron más de tres horas para llenar de combustible sus autos y galones. Cuatro policías dirigían el tráfico.

"Esta es una situación bastante apocalíptica. ¿Cuán lejos tenemos que ir para conseguir gasolina? ¿Tennessee?", dijo Ricardo Meehleib, de 30 años, mientras hacía fila.

Aunque se espera que la provisión de energía sea restaurada en Manhattan el sábado, es posible que los residentes de los suburbios y localidades más distantes de la costa tengan que esperar otra semana o más para tener electricidad.

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Alrededor de 4,5 millones de viviendas y negocios en 15 estados de Estados Unidos siguen sin energía.

El costo financiero de la tormenta promete ser exorbitante.

La compañía de cálculos de desastres Eqecat estima que Sandy dejó pérdidas por hasta 20.000 millones de dólares en seguros y 50.000 millones de dólares más en pérdidas económicas, el doble de su proyección anterior.

En el punto más alto de ese rango, Sandy quedaría como la cuarta catástrofe más costosa en la historia de Estados Unidos, de acuerdo al Instituto de Información de Seguros, por detrás del huracán Katrina en el 2005, de los ataques del 11 de septiembre del 2001 y del huracán Andrew en 1992.
 (Escrito por Michelle Nichols. Editado en español por Ca