El Clásico del Astillero tuvo seis partidos en la temporada 1972 y aunque el título nacional se lo llevaron los azules, los resultados reflejaron paridad a través de dos triunfos para Emelec (con trece tantos convertidos), dos para Barcelona (diez goles a favor) y dos empates.

El 16 de julio de hace cuatro décadas el primer enfrentamiento acabó 2-2 y este Diario tituló, al día siguiente, que hubo ‘Emociones a raudales en el Clásico del Astillero’ y reseñó que el argentino “Pedro Prospitti (campeón de la Copa Libertadores con Independiente, en 1964 y 1965), debutante en filas emelecistas, anotó los goles millonarios, mientras que José Paes y (Miguel Ángel) Coronel lo hicieron por el equipo torero. Dos veces estuvo Emelec en ventaja y otras tantas Barcelona igualó”.

El 3 de septiembre, eléctricos y canarios se midieron en un “Clásico mediocre y aburrido”, según Diario EL UNIVERSO. Prospitti falló un tiro penal, Jorge Bolaños fue la figura del partido y Eduardo Ñato García “destacó gracias a intervenciones de gran mérito”. Finalizaron igualados en blanco.

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Por tercera vez, siempre en el estadio Modelo, los actores del partido más representativo del balompié ecuatoriano chocaron el 22 de octubre.

El duelo fue descrito como “vibrante y lleno de emociones”. Emelec se impuso 3-1 porque “supo hacer goles”, pese a que Barcelona “dominó la mayor parte del cotejo, pero careció de definidores”. Félix Pereque Lasso (2) y el uruguayo Luis Lamberck marcaron por el vencedor; Washington Chanfle Muñoz descontó de penal.

La victoria más recordada de los amarillos, en 1972, se produjo el 12 de diciembre. Fue 4-2 cuando, aseguró este Diario, “inequívocamente Pedro Perico León, mediocampista de Barcelona, marcó lo que ya se puede considerar el mejor gol del campeonato”.

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Se refería a la acrobática acción del mundialista peruano, ejecutada tras “un mal rechazo de la zaga ante un centro del Chanfle Muñoz, que Perico León, de chilena, se la colocó al meta García cerca del vertical izquierdo. Impresionó la maniobra de León, que pese a tener un voluminoso peso, se elevó en el aire y cacheteó la bola de forma precisa y matemática”.

Los otros tantos fueron de Colorilla Coronel y Muñoz (2); por los azules anotaron Lamberk y Marcos Guime. Al final del encuentro fueron expulsados los emelecistas Rafael Pulga Guerrero, “que estaba fuera de control”, y Lamberk; ambos encabezaron una gresca.

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El 7 de enero de 1973 (todavía por el torneo de 1972) Emelec se desquitó. Este Diario comentó que fue un “domingo 7 para los toreros” porque el rival “mostró su efectividad y goleó a Barcelona 5-1”.

El Chino Guime, Juan Tenorio, Julio Pajarito Bayona y el uruguayo Eduardo de María (2) fueron los verdugos del arquero argentino Rubén Montoya; Muñoz hizo el gol de los amarillos “en una jornada en la que la defensa y la delantera (de los canarios) estuvieron fatales”.

El último juego de esa temporada fue el 24 de enero de 1973. Barcelona venció 2-1, con goles de León y Nelsinho, en un Clásico con “dos equipos enfrascados en una contienda de gran calidad”, indicó este Diario.

Lamberk puso el tanto eléctrico y “los minutos finales fueron dramáticos” porque a los 85m Prospitti erró un penal.

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