EFE
COPENHAGUE.- El Nobel de la Paz 2012 distinguió los “esfuerzos exitosos” de la Unión Europea (UE) por la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en el continente, en una decisión esperada, pero recibida con polémica.

El Comité Nobel resaltó en su fallo los avances logrados por la UE y sus predecesores en las últimas seis décadas, actuando como factor estabilizador que ha ayudado a “transformar la mayor parte de Europa de un continente en guerra a un continente en paz”.

Entre sus contribuciones mencionó haber logrado la reconciliación entre Alemania y Francia, dos “enemigos históricos” que habían librado tres guerras en setenta años, algo impensable ahora entre quienes son “socios cercanos”.

Publicidad

Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, calificó de “gran honor para toda la UE y para sus 500 millones de ciudadanos” recibir el galardón. El premio fue celebrado por otros líderes del bloque.

Distinta fue en cambio la reacción de varias organizaciones de referencia en Noruega, como el prestigioso Instituto para la Investigación sobre la Paz (PRIO), cuyo director, Kristian Berg Harpviken, dijo estar sorprendido por elegir a una institución que atraviesa una “crisis profunda”.

“Sabemos que las crisis económicas tienen un gran potencial conflictivo, y lo hemos visto en las protestas violentas en muchos países en los últimos tiempos”, afirmó.

Publicidad

El Consejo para la Paz de Noruega, que agrupa a una veintena de organizaciones, se mostró crítico y anunció que tampoco este año participará en la tradicional procesión de las antorchas del 10 de diciembre, día en que se entrega el premio.

“Este es un premio político, no un premio de la paz”, señaló su directora, Hedda Langemyr, mientras que organizaciones contrarias al ingreso de Noruega en la UE apuntaron a las políticas de rearme anunciadas por la Unión para cuestionar la idoneidad de su elección.

Publicidad

Aunque la polémica ha rodeado especialmente al Nobel de la Paz durante su centenaria historia, esta ha aumentado en los últimos cuatro años con decisiones muy controvertidas, sobre todo la de otorgar el galardón al presidente de EE.UU., Barack Obama, en el 2009.

La UE derrotó en los pronósticos a otros candidatos que aparecían bien situados, como varios activistas rusos y bielorrusos o la afgana Sima Samar. Entre los nominados también estaba el vicepresidente ecuatoriano Lenin Moreno.

La concesión del Nobel de la Paz a la UE también fue recibida con frialdad e incluso enfado por los sindicatos y la oposición de izquierdas en Grecia, que apuntan a Bruselas como corresponsable en la caída del bienestar y la pérdida de derechos laborales.

“La decisión del Comité de Premio Nobel de la Paz es una hipocresía que ofende a los pueblos europeos en un momento en que son víctimas de una guerra no declarada a todos los derechos sociales”, denunció en un comunicado Syriza, la formación de izquierdas que lidera la oposición.

Publicidad

En el mismo sentido se manifestó el Partido Comunista, que tildó la concesión del Nobel como un premio a la eliminación de los derechos laborales.

Los dos partidos se oponen a las políticas de austeridad y recortes que la Unión Europea está imponiendo a Grecia y que han llevado a reducir salarios, pensiones y gasto social.

El premio “deja clara la responsabilidad de la UE en esta guerra económica con miles de víctimas, precisamente en el sur de Europa. La UE debe mantener la cohesión social y el bienestar en toda Europa”, declaró Stazis Anestis, uno de los líderes de la Confederación de Trabajadores de Grecia, la mayor central sindical del sector privado.

Desde Holanda, el parlamentario de derecha Geert Wilders dijo bromeando: “¿Qué sigue, un Óscar para (Herman) van Rompuy?”, haciendo referencia al presidente del Consejo Europeo. Mientras, el político británico antieuropeo Nigel Farage, del Partido por la Independencia de Reino Unido, calificó la concesión del galardón a la UE como una ‘atrocidad’, según publicó BBCmundo.

Más criticados

El presidente de EE.UU., Barack Obama, recibió el Nobel de la Paz en el 2009 por su visión y su trabajo por un mundo sin armas nucleares. No obstante, dirige el país con el mayor número de armas nucleares, el ejército más grande del planeta y la mayor cantidad de tropas desplegadas en el mundo.

El exvicepresidente de EE.UU. Al Gore recibió el premio en el 2007 por “su trabajo a favor del medio ambiente”. Sin embargo, sus tesis han sido rebatidas por los científicos y ha sido criticado duramente por cobrar fuertes cantidades de dinero por sus conferencias.

El expresidente de EE.UU. Jimmy Carter lo recibió en el 2002 por “sus grandes esfuerzos para encontrar soluciones a conflictos internacionales, avanzar en la democracia y los derechos humanos”, pero está en duda qué conflictos ayudó a resolver.

El fallecido líder palestino Yaser Arafat recibió el premio en 1994, junto con Simon Peres e Isaac Rabin, por sus “esfuerzos para crear paz en Medio Oriente”. Sin embargo, está probado que encabezó actos terroristas e incentivó el asesinato de atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.

La líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú fue galardonada en 1992 por “su trabajo a favor de la justicia social y la reconciliación etno-cultural”, aunque ha generado polémica por su cercanía con el régimen castrista y se la ha vinculado con el ETA.