Los inmigrantes que viven ilegalmente en Los Angeles, la urbe más grande de California podrían utilizar credenciales de bibliotecas para abrir cuentas bancarias y acceder a diversos servicios de la ciudad, de acuerdo con un plan que está bajo la consideración de las autoridades locales.

Según la iniciativa, cualquiera que muestre residencia en Los Angeles podría conseguir una credencial de una biblioteca, reportó el diario 'Los Angeles Times'. La idea es facilitar alguna forma de identificación a quienes no pueden obtener una licencia para conducir debido a su condición migratoria.

El consejo municipal aprobó recientemente por unanimidad considerar la propuesta, con la que Los Angeles se sumaría a un número cada vez mayor de ciudades estadounidenses que ofrecen varias formas de identificación a los inmigrantes y a otros que no pueden hacerse de una licencia de manejo por su condición migratoria. San Francisco y Oakland han adoptado medidas similares.

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Unos 300.000 inmigrantes en Los Angeles carecen de una cuenta bancaria debido a que los bancos por lo general solicitan una identificación oficial para abrirla.

El concejal de Los Angeles, Richard Alarcón, quien propuso la iniciativa, dijo que algunos inmigrantes que no utilizan los bancos terminan siendo víctimas de abuso de prestamistas o de robo si tienen grandes sumas de efectivo a la mano.

Los inmigrantes no autorizados "pueden ser víctimas de fraude o de abusos", señaló Alarcón. "Esta medida ayudará a poner fin a esa situación".

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Sin embargo, las credenciales no sustituirán las licencias de manejo ni protegerán al usuario de una deportación a cargo de autoridades federales migratorias.

El documento incluiría nombre, dirección y fotografía del usuario, y sería emitido por las bibliotecas de la ciudad.

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Las credenciales tendrían un costo de entre 15 y 20 dólares y una mensualidad de 2,99 dólares.

Sin embargo, Ira Mehlman, director de comunicación de la Federación por la Reforma Migratoria en Estados Unidos, dijo que las credenciales de identificación podrían ser aprovechadas por terroristas y criminales y alentar la inmigración ilegal.

"Las ciudades no deben involucrarse en facilitar que las personas violen la ley federal, aun si no representan un riesgo de seguridad", dijo.