Es común ver a gallinas, palomas, pericos y loros posados en las ventanas, techos, veredas, en la calle e incluso son considerados mascotas. Sin embargo, las aves son causantes de enfermedades respiratorias e intestinales, que generalmente son desconocidas por los médicos y los pacientes, quienes omiten que han estado en contacto con estos animales en el momento del diagnóstico.

“Se las cataloga mal, como un proceso respiratorio viral o infeccioso y, por ende, no reaccionan con el tratamiento. Para determinar qué tipo de bacteria tiene, al paciente se le debe practicar un cultivo del esputo y ahí darle un tratamiento adecuado”, señaló Víctor Cruz, alergólogo del hospital neumológico Alfredo Valenzuela.

Son más de cinco tipos de enfermedades que se transmiten a través de las heces de las aves, las cuales contienen bacterias y hongos. Cuando se seca el excremento se disemina fácilmente y por medio del aire es transportado hasta las vías respiratorias o a los alimentos, explicó Cruz.

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Entre los males que pueden causar está la neumonía atípica (infección en los pulmones por bacterias), tuberculosis aviar y alveolitis alérgica (inflamación del pulmón). Con esta última enfermedad llegan un promedio de dos a tres pacientes al mes. Si no se detecta a tiempo, este mal podría afectar a los riñones y el corazón e incluso causar la muerte.

De los 240 pacientes que en promedio atiende Cruz al mes, el 10% presenta tuberculosis aviar, el 20% neumonía atípica y un 30% por alergias. A nivel nacional o provincial no hay estadísticas de estos males.

En tanto, las alergias se han incrementado en un 30% con relación al año pasado. Son causadas, principalmente, por los ácaros que están presentes, entre otros lugares, en el plumaje de las aves. Esta información la dio a conocer Cruz en una conferencia, el martes.

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Entre quienes desconocían las afecciones causadas por las aves estaba Isabel Gonzabay, de 58 años, quien padece de asma desde los 15. Ella tiene en su hogar, en el suburbio, un criadero de pollos. “No sabía que las aves podían causar tantas enfermedades y que me hace más daño por ser asmática. Ya me quedé preocupada, ya estoy pensando en dejar ese negocio por mi salud y la de mi familia”, expresó la mujer, quien limpia la pequeña granja a diario.

Otra paciente, Wendy, quien prefirió no dar su apellido, presentó un edema de glotis (inflamación del glotis, orificio superior de la laringe que controla la entrada de aire en la tráquea) luego de limpiar un área que tenía excrementos de aves, hace unos días. “Sentía que me asfixiaba, no sabía que era por eso. Fui al médico, me revisó y me dio varios medicamentos”, comentó.

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Los síntomas más frecuentes en las afecciones respiratorias son fiebre, tos con flema, escalofríos, pérdida de peso y dolor de cabeza. Si el paciente presenta tos por varios días debe tomarse una radiografía para saber si tiene bronquitis o neumonía y, además, el cultivo del esputo. Si es una infección intestinal presenta fiebre, tos, vómito y diarrea; la más común es la salmonelosis.

Recomendaciones

Las personas que tienen aves deben usar mascarillas para la limpieza y manipulación. Además, lavarse las manos después de tener contacto con estos animales y utilizar en las viviendas purificadores de aire para que no se dispersen las bacterias, hongos y ácaros.