La productora brasileña de bebidas AmBev fue condenada por un tribunal laboral a indemnizar a uno de sus vendedores que fue obligado por un superior a comparecer a reuniones de trabajo y fiestas con prostitutas, informaron hoy, 4 de septiembre, fuentes judiciales.

El Tribunal Superior de Trabajo (TST) de Brasil condenó a la empresa a pagarle una indemnización de 50.000 reales (unos 25.000 dólares) por daños morales al empleado, que acusó a un gerente de contratar trabajadoras sexuales para estimular a sus vendedores.

La Compañía de Bebidas de América (AmBev) tendrá que indemnizar a su empleado por "obligarlo a comparecer a reuniones matinales en las cuales estaban presentes prostitutas y por someterlo a situaciones vejatorias con el objetivo de impulsar el cumplimento de las metas de ventas", según un comunicado divulgado por el máximo tribunal laboral del país.

Publicidad

La pena había sido impuesta por un tribunal regional del estado de Paraná (sur) y, tras analizar un recurso presentado por la AmBev, el tribunal superior confirmó tanto la condena como el valor de la indemnización.

Algunos testigos escuchados en la investigación admitieron que un gerente de ventas de la empresa tenía la costumbre de contratar trabajadoras sexuales para que aparecieran en las reuniones en las que se estimulaba a los vendedores a cumplir sus metas.

Según los testigos, esa situación se repitió al menos diez veces entre 2003 y 2004.

Publicidad

El autor de la demanda, que dijo ser casado y evangélico, alegó que llegó a ser amarrado para asistir a películas pornográficas y que en una oportunidad apareció en su sala una bailarina exótica contratada para desvestirse ante los empleados.

Igualmente relató que los vendedores eran obligados a participar en fiestas en casas de campo a las que también acudían trabajadoras sexuales, que eran usadas como premio para los vendedores que mejoraban sus resultados.

Publicidad

En el recurso que presentó ante el tribunal superior para pedir la anulación de la condena en primera instancia, la AmBev alegó que el daño sufrido por el empleado era "mínimo" y que el valor de la indemnización era "desproporcionado".