Cientos de penitentes, como prefieren llamarse los devotos de la Virgen de El Cisne, desafiaron el frío y la incomodidad de dormir en las aceras, en los portales o en el parque de Catamayo con tal de acompañar a su patrona en la procesión entre su santuario y Loja. Ayer hubo descanso y hoy, a las 06:00, comienza la caminata final, que cubrirá 37 km entre Catamayo y la capital lojana.

La noche del sábado y ayer, cientos de fieles instalaron carpas, colocaron esteras, colchones o simplemente cartones donde más podían. Todo lo que les permitiera improvisar una cama, un lugar donde dormir. “Por el cansancio, no se siente incomodidad ni frío”, dijo Segundo Quezada González, viudo de 74 años, quien hace la romería desde hace ocho.

“Vengo todos los años. Soy lojano, pero vivo en Quito. Vengo todos los años. Llegué predispuesto a dormir afuera, porque en esta época es difícil encontrar hotel”, refirió. Él, como muchos romeriantes, pernoctó en los exteriores de las iglesias adonde llega la Virgen de El Cisne. Comentó que ha invertido $ 7 diarios en comida y ha pagado $ 20 en transporte público desde Quito.

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“Uno ya viene con esa convicción. Si uno viene a dormir afuera soportando el frío, sabe que ella (la Virgen) lo va a proteger”, afirmó. Así ha dormido en El Cisne, en San Pedro de la Bendita y en Catamayo. Espera hacerlo hoy en los portales aledaños a la Catedral de Loja, donde La Churonita, como la llaman los fieles, permanecerá hasta el 1 de noviembre, cuando retorna a su santuario.

Ayer, la imagen tuvo miles de visitantes en la iglesia María Auxiliadora de Catamayo. Muchos lojanos aprovecharon el día de descanso, pues hoy es un día de trabajo normal en la provincia y solo algunas instituciones privadas permitirán jornada única para que sus empleados puedan ir a recibir a la imagen al norte de la ciudad.

En Catamayo se vivió la noche del sábado una fiesta con artistas, luces y juegos pirotécnicos. El remodelado parque sirvió como atractivo turístico.

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En Loja, autoridades y comunidad tienen todo listo para la recepción. Las fachadas de las casas han sido adornadas con flores, serpentinas y luces.