A cuatro meses del cierre de los casinos, la mayoría de los hoteles de lujo de Guayaquil ha comenzado a definir los proyectos que desplegará en los espacios desocupados tras la prohibición de los juegos de azar, que se dispuso por consulta popular.

De los ocho hoteles que tenían áreas destinadas para esta actividad, seis se han inclinado por desarrollar salones de evento, lounge (área para bar y café), locales y oficinas comerciales. Mientras que dos están en análisis para determinar qué negocios suplirán los ingresos que generaban los casinos.

Dentro del giro hotelero, la concesión o alquiler de espacios a largo plazo para casinos representaba para algunas cadenas el 14% de sus ingresos, según un estudio de una promotora inmobiliaria.

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El hotel Sheraton, situado en el norte de Guayaquil, ha sido uno de los primeros en reemplazar su antigua superficie de casino. Decidió instalar un salón para eventos sociales y corporativos, que puede albergar de 250 a 500 personas, en los 700 m² que hasta marzo pasado ocupó Casino Sol.

Rossy Orellana, jefa de alimentos del Sheraton, aseguró que la renta de esa área arrancó en mayo pasado con dos eventos y en lo que va de julio, la ocupación de ese lugar representó el 13% del total disponible de los salones del hotel.

El Sonesta, que en su proyecto original había concebido un casino que no se abrió por la prohibición, resolvió asignar ese espacio para locales. Con ello ampliará el área comercial que ya tenía con 14 negocios.

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Alisson Cevallos, gerenta de marketing del Sonesta Shop, indicó que los 1.200 m² que eran para el casino se dividieron para albergar once establecimientos comerciales y dos islas de productos comestibles. El 70% de estos establecimientos ya está concesionado a cinco años y esperan abrir en septiembre.

En cambio, el hotel Hampton, que tenía el casino El Faraón en la avenida 9 de Octubre, se inclinó por hacer un lounge, espacio donde generalmente se acude a tomar café, beber y escuchar música suave. José Carrión, presidente del hotel, dijo que esa área abrirá el próximo año y con ello esperan compensar en algo el movimiento que generaba el casino.

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Mientras, el Unipark, que tuvo un área donde operó un casino, aspira a usar la superficie para locales del centro comercial Unicentro.

Carlos Cruz, gerente del hotel, afirmó que en esa decisión influyen “la necesidad de utilización de espacios disponibles y la posibilidad de expansión del Unicentro”, que ha venido desde el año anterior con un proceso de remodelación.

Y aunque está en construcción y su apertura programada para mayo del 2013, los promotores del Holiday Inn, que se edifica junto al aeropuerto, decidieron que adecuarán salones para eventos sociales y ejecutivos en el área de 600 m² que inicialmente habían previsto para un casino. Serán seis salas para reuniones ejecutivas o, al unirse, dos salones con capacidad para 180 personas, afirmó Juan Carlos Santos, de BPO.

Los promotores del hotel Wyndham, actualmente en construcción frente al río Guayas, tuvieron que buscar otra alternativa para los 611 m² que iban a destinar para casino.

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Sergio Torassa, CEO (director ejecutivo) de Pronobis, compañía que impulsa ese hotel, aseguró que debieron ajustar la estrategia de negocio, de tal modo que el resultado de la consulta fuese respetado.

Y lo que decidieron fue derivar ese espacio para oficinas comerciales mediante el esquema de venta directa. Entre los potenciales interesados en esa área están agencias de viajes, sucursales bancarias, despachos de abogados, firmas de consultoría, etcétera.

Mientras que el hotel Oro Verde y el Hilton Colón, que contaban con casinos, indicaron que están analizando opciones para esos espacios.

Tras el cese de los juegos
Operación: Algunos hoteles refieren que a raíz del cese de la operación de casinos tuvieron una baja del 20% al 25% en el movimiento de personas.