AGENCIAS
OVIEDO, España.- En la calle, bajo una carpa, se encuentra el ecuatoriano Jorge Cordero en huelga de hambre, bebiendo solo líquidos desde hace diez días. Tras unas horas detenido el pasado miércoles, durante el desalojo de su departamento, que junto con unas 500 personas intentó evitar, regresó a este rincón en la plaza de la Escandalera de Oviedo, frente de Cajastur, para pedir ayuda a la entidad que le embargó la vivienda. Su esposa, Patricia, y su hija, Amanda, están en la casa de un amigo

"Me siento impotente", expresa el inmigrante tras el violento desalojo que dejó veinte detenidos. Cajastour no ha respondido a su pedido de negociar una solución como la dación en pago (entrega de la vivienda a cambio de la deuda) o el alquiler social. "Nos quitan el piso (departamento), pero seguimos debiendo 108.000 euros ($ 135.000)", según contó al diario español 20 minutos.es.

El migrante, quien llegó a España en el 2000 en busca de mejores oportunidades, contó que en el 2003 montó una empresa de transportes en mensajería y contrató a otras cuatro personas. El negocio iba bien y, por ello, en el 2006, Cordero junto con su esposa decidieron comprar un departamento de 98 metros cuadrados en 119 mil euros (unos $ 150 mil) con cuotas mensuales de 655 euros (alrededor de $ 850).

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Luego de que estalló la crisis inmobiliaria, en el 2010, se vio obligado a vender la empresa, se quedó sin trabajo, los problemas se agravaron y ya no pudo cumplir con el pago de la hipoteca, que terminó en el desahucio el pasado miércoles. Previamente, el 13 de abril habían logrado frenar una primera orden de desalojo con el apoyo de varios movimientos sociales.

Sin vivienda, sin trabajo y con una deuda, Cordero dice que se arrepiente de haber migrado al país ibérico y no sabe si quedarse o retornar a Ecuador.

Cumbre por la crisis
Inquietos por la crisis que azota a los países europeos, los líderes del bloque iniciaron ayer una cumbre de dos días que alteró el mercado con nerviosismo.

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Las acciones europeas cayeron presionadas por el sector bancario, en medio del pesimismo de los inversores sobre los resultados reales de la cumbre para contener la crisis.

La cita podría llevar a una hoja de ruta para una unión fiscal, financiera y política en el bloque del euro, pero la canciller alemana, Angela Merkel, sigue reacia a aceptar una emisión conjunta de eurobonos.

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Analistas creen que la deuda conjunta de la zona podría ser la respuesta a la crisis.

Al final del primer día de la reunión, los 27 miembros de la UE acordaron un plan de crecimiento por $ 150.000 millones que ayude a fomentar la actividad económica y el empleo, explicó el presidente permanente del Consejo, Herman van Rompuy.

Esa cantidad, equivalente al 1% de la riqueza nacional bruta de la UE, procede de distintas iniciativas previas, por lo que no puede considerarse financiación nueva.

"No se trata solo de inyectar dinero, sino de fomentar el empleo, la actividad empresarial sostenible", explicó Van Rompuy, quien ha afirmado que las inversiones "deben dirigirse directamente a los países más vulnerables".

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