AP-EFE
ATLANTA, EE.UU..- Gaby Pacheco, de 27 años, es una inmigrante no autorizada de Ecuador y es una de las defensoras más vehementes del Dream Act, ley que abriría una vía a que ciertas personas obtengan la ciudadanía estadounidense.

Pacheco confía en que la nueva política que suspenderá las deportaciones y ofrecerá permisos de trabajo por dos años a inmigrantes no autorizados menores de 30 años, implique que ella pueda finalmente seguir una carrera profesional, atendiendo a niños autistas.

Graduada en educación especial, con estudios adicionales en música, Pacheco está en EE.UU. desde los 7 años. Trata de pagar sus gastos como profesora, contratándose a sí misma. Una de las pocas formas en que puede laborar sin tener estatus de residente autorizada.

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"Mi mayor deseo y sueño es trabajar con niños autistas", manifestó Pacheco. "Me he sentido vacía en el último par de años porque no he podido cumplir ese sueño".

Pacheco figuró entre cuatro estudiantes que caminaron desde Miami hasta Washington en el 2010 para llamar la atención sobre el Dream Act, que legalizaría estudiantes indocumentados que cumplan una serie de requisitos, que se presentó hace más de diez años sin tener mucho apoyo de los congresistas y en el 2011 fue respaldado por el presidente Barack Obama, pero no se aprobó.

"Pienso que esto es un testimonio sobre el poder que tiene nuestra comunidad y sobre la forma en que cuando buscamos algo juntos podemos lograrlo".

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Pero algunos compañeros de Pacheco no están tan confiados. Tienen dudas sobre cómo funcionará la nueva política. Están también preocupados de que no resulte suficiente para protegerlos de la deportación. Algunos creen que es un ardid electoral de Obama.

"Ellos solo tratan de ganar el voto latino", consideró Dulce Guerrero, activista de 19 años, que figuró entre varios estudiantes detenidos a mediados del 2011 en Atlanta, durante una protesta contra la situación de los jóvenes que viven sin permiso en el país.

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Los jóvenes elegibles para acogerse a la orden presidencial deben haber llegado a EE.UU. cuando eran menores de 16 años y haber seguido continuamente en el país los últimos cinco años, estar en Estados Unidos, haber terminado la secundaria, o tener un certificado de educación general, estudiar en la universidad o haberse alistado en las Fuerzas Armadas y la Guardia Costera.

Ayer el candidato presidencial republicano en EE.UU., Mitt Romney, evitó decir si, de ganar, anularía la decisión de Obama.