Un turista chileno es buscado desde el pasado martes en un sector de la isla Santa Cruz, en la provincia insular de Galápagos, mientras que otro argentino y un ecuatoriano son buscados en el río Pastaza, en la amazónica del mismo nombre.

En un área de 2 km² se realiza la búsqueda del economista chileno Felipe Bravo Rodríguez, de 31 años, reportado desaparecido el martes, tras ingresar a la zona de El Puntudo, en Santa Cruz, a una altura de entre los 600 y 700 m sobre el nivel del mar.

Un taxista que el lunes llevó al turista al sector Bellavista comentó que este le dijo que quería explorar los sitios Garrapatero y Cerro Mesa, además de Media Luna y El Puntudo, donde se recomienda ir con guía naturalista para no extraviarse. El turista, quien se encontraba solo, se quedó en un restaurante, cuyo dueño dijo que se fue cinco minutos después porque no estaba listo el almuerzo.

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La Dirección Nacional del Parque Nacional Galápagos (DPNG) informó que cerca de la zona donde el miércoles se halló un iPod de Bravo y restos de frutos digeridos, a 3 km de cerro Croker, se instaló un campamento base en donde personal inmerso en la búsqueda se queda con provisiones de líquidos y frutos secos para avanzar en las tareas de ubicación.

La entidad señaló que lo último que se localizó ayer fue un camino trillado que podría haber sido realizado por el chileno perdido, como rastros para su ubicación, o por cabras o burros silvestres que hay en el sector.

La búsqueda es coordinada por el Comité de Operaciones Emergentes (COE) y en ella participan unos 50 guardaparques de la DPNG y 20 cazadores que conocen el área. Apoyan la labor canes rastreadores del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía con su respectivo personal y del Cuerpo de Bomberos, lo que totalizan unas cien personas.

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El miércoles se integró a las labores un helicóptero de la DPNG equipado con una cámara de alta resolución que permite capturar imágenes desde una gran altura. María Rodríguez, madre de Bravo, llegaría hoy a Galápagos para conocer cómo avanza la localización.

Técnicos de la DNPG explicaron que en el sitio donde se extravió el turista no hay animales que puedan atacarlo, sino cabras y burros silvestres que se asustan cuando ven personas. No obstante, el riesgo es que se quede sin alimentos e hidratación si es que de la zona húmeda donde dejó sus rastros y existen árboles de guayaba, maracuyá y hasta naranjas, llegara a la parte semiárida.

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En noviembre del 2004, el pintor guayaquileño Mario Montero Lecaro, de 31 años, también desapareció en la parte alta de la isla Santa Cruz. Cuarenta y cinco días antes, en la misma zona, se extravió el biólogo holandés Friedrich Postma. Ninguno de los dos fueron hallados.