“Es terrible, va a ser un caos. El hospital está creciendo, está remodelando áreas y hay que aumentar el personal”, comenta Sara, estudiante de la Universidad de Guayaquil que terminó su internado el 31 de mayo pasado en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, en el sur, .

Esta es la afirmación que ella hace respecto a la negativa del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de aceptar a los estudiantes de Medicina que deben realizar el internado como parte de su preparación académica y que es un requisito para obtener su titulación.

“...Cumplo con informar a usted que el hospital Teodoro Maldonado Carbo no recibirá internos hasta que se suscriba el nuevo convenio entre el IESS y las universidades”, le respondió el 30 de abril pasado el director de esta casa de salud, Francisco Ceballos, al director de internado de la Universidad de Guayaquil, Pedro Palacios.

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Este nuevo convenio ya fue elaborado por el IESS, pero no fue socializado con la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Ciencias Médicas y de la Salud (Afeme), que representa a 21 facultades de Medicina del país y a otras 20 de Enfermería. Solo le entregó el escrito para que los directores lo firmaran.

Para revisar este documento se reunieron en Quito, el 24 de mayo pasado, los delegados de las universidad agremiadas y decidieron que no lo firmarían porque lo consideran lesivo.

Palacios, quien también es el presidente nacional de internado y pregrado de Afeme, explica que dentro de los deberes y atribuciones del IESS, especificadas en el artículo 5.1 de la propuesta, se establece “proponer a la Universidad los programas docentes de pasantías, internado rotativo, posgrado, educación continua e investigación biomédica social que respondan a las necesidades de servicio de las unidades médicas del IESS”, lo cual –dice– es competencia exclusiva de las facultades de Ciencias Médicas porque ellas son las que saben cuáles son los conocimientos que sus alumnos deben reforzar.

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Él agrega que tampoco pueden aceptar lo establecido en el artículo 5.3: “Determinar las tutorías obligatorias que cumplirán los profesionales de planta del IESS en la preparación, evaluación y control de las actividades de los pasantes, internos rotativos y los médicos becarios de posgrado, de conformidad con lo establecido en el ordenamiento jurídico vigente”.

Explica que el hospital tampoco puede decidir a qué áreas enviará a los internos, ya que la Universidad tiene establecido un programa de rotación por Medicina Interna, Cirugía General, Ginecología y Obstetricia, Pediatría y Medicina comunitaria, ya que consideran que otro tipo de conocimientos son aprendidos en especialidades. “Con ese artículo significa que ellos (el IESS) puede mandarlos a Oncología o Cardiología, donde ellos necesiten más gente, y no es así”, dice el doctor.

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En cambio, el artículo 7.4 de la propuesta refiere que las actividades académicas de los internos rotativos y becarios se programarán de manera que no intervengan con las actividades asistenciales de la unidad médica, lo cual –según Palacios– es imposible de aceptar, ya que es justamente durante esas actividades que los doctores le deben enseñar a los estudiantes los procedimientos a seguir.

Con esto coincide el presidente del Colegio de Médicos Provincial del Guayas (Comeprog), Luis Serrano, quien reitera que el objetivo del internado es que los estudiantes pongan en práctica los conocimientos aprendidos en las aulas.

“Desconozco la actitud del Gobierno, antiuniversitaria y antimédicos, que suspendió los posgrados y no recibe a los internos. ¿Qué han hecho los estudiantes para que les nieguen las prácticas hospitalarias?”, se pregunta el representante, quien agrega que son los estudiantes los que deben salir a las calles a protestar para pedir que se cambien estas medidas.

En enero pasado, aproximadamente 80 internistas protestaron en los exteriores del hospital Teodoro Maldonado para pedir que les permitan reanudar y terminar sus prácticas, porque una resolución judicial suspendió el convenio entre el IESS y las universidades.

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Pues el acuerdo anterior, firmado el 2 de junio de 1999, fue suspendido el 23 de septiembre pasado por el juez 3º de lo Civil del Guayas, Francisco Alvear, quien falló a favor de un recurso de amparo que presentaron 25 médicos especialistas del hospital para exigir estabilidad laboral y otros beneficios; así dejó “sin eficiencia jurídica” ese documento y se empezó a hablar de la creación de uno nuevo.

A Sara, una exinternista del hospital, le preocupa cuál será la situación de este centro y de sus pacientes sin la presencia de los estudiantes, porque recuerda cuáles son todas las actividades que ellos deben realizar. “Hacemos historias clínicas, estamos pendientes del ingreso de los pacientes, escribimos las órdenes de exámenes...”, dice.

Agrega que esas responsabilidades se multiplican a partir de las 16:00, cuando hacen las guardias que duran 24 horas. Señala que a esa hora los médicos tratantes se van y solo queda uno residente por piso, encargado de supervisarlos.

En esas jornadas los internos visitan a los pacientes que están hospitalizados para constatar que estén estables. En estos recorridos los auscultan, los recetan y, en el caso de presentarse alguna emergencia, toman muestras de laboratorio.

“Hay veces que (los médicos) se demoran en atender a todos los pacientes porque hay mucha gente en todas las especialidades. Va mucha gente que no es derivada de centros de atención primaria y no hay suficiente personal para atenderlos”, comenta la joven que se graduará en agosto próximo, luego de aprobar este internado.

Más datos: U. de Guayaquil
Horas de trabajo
Cada 72 horas los internos hacen una jornada de 24 horas en los hospitales.

Especialidades
Los estudiantes rotan sus horas de internado entre Medicina Interna, Cirugía General, Ginecología y Obstetricia, Pediatría y medicina comunitaria, también llamada extramural.

Total de estudiantes
Cada año, unos 100 alumnos de esta universidad cumplían su internado en el hospital Teodoro Maldonado.