Después de doce años se presenta la segunda edición del Libro Rojo de las plantas endémicas del Ecuador, una publicación de 957 páginas, en la cual se describen al detalle las características de las 4.500 especies de plantas que solo habitan en territorio ecuatoriano.

Elaborar un Libro Rojo no es nada fácil, dice Susana León, científica y una de las editoras de la publicación. Lo describe como un trabajo de paciencia y precisión.

Durante dos años, ella junto con los también especialistas Renato Valencia, Nigel Pitman, Lorena Endara, Carmen Ulloa y Hugo Navarrete organizaron los informes de ecosistemas, descripciones de especies y demás información publicada en los diez años previos. Gran parte de esta se almacena en el Herbario de la Facultad de Biología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), donde León labora.

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Los editores, junto con más de 80 especialistas ecuatorianos y extranjeros que laboran en diferentes instituciones científicas y académicas, tomaron como punto de partida el Catálogo de las plantas vasculares del Ecuador (1999) y la primera edición del Libro Rojo de las plantas endémicas del Ecuador, presentado en el 2000.

Al inicio del nuevo milenio, Ecuador fue el primer país de América Latina que publicó un libro que analizó el estado de conservación de la flora endémica, en el cual, al igual que ahora, contaron con la colaboración del Herbario de la PUCE, Herbario Nacional del Ecuador, el Missouri Botanical Garden y de la Universidad de Aarhus, de Dinamarca.

En dicha publicación se reportaron 4.011 especies endémicas en el país; doce años después se reconocen 4.500.

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En el 2000, el 83% de las especies endémicas registradas calificó dentro de algún estado de amenaza, bajo los lineamientos de la Unión Interamericana para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y el 7% se consideró En Peligro Crítico de Extinción.

Mientras, en el 2012, del total de especies reconocidas, el 78% (3.508) está amenazado en algún grado. De estas, el 46% (2.080) se ubica en la categoría Vulnerables, el 24% (1.071) está En Peligro y el 8% (353), En Peligro Crítico de Extinción. Algunas especies comparten estos rangos según su ubicación territorial.

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La vulnerabilidad de los diferentes hábitats de las plantas endémicas es una de las mayores preocupaciones de los especialistas. La investigación expone que dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) se registró al 28% de las plantas ecuatorianas.

“Al analizar la distribución de las especies vemos que las localidades donde las plantas endémicas han sido halladas presentan una fuerte asociación con la red vial y los centros poblados, donde el acceso es relativamente fácil. (...) Con la información que tenemos hasta el momento no sabemos con certeza qué tan eficiente es el SNAP como refugio para las especies amenazadas, para prevenir su extinción”, se detalla en la introducción del texto, enfatizando que frente a ello se deben desarrollar estrategias para proteger al grupo de plantas endémicas que existen fuera de las áreas protegidas.

Xavier Cornejo, especialista colaborador de la publicación, expone que mientras en las ciudades se discute mucho sobre la biodiversidad y la conservación, los bosques nativos en la región occidental siguen disminuyendo. “Los estudios de impacto ambiental, en general, han sido solo un requisito legal más para aprobar la ejecución de determinados proyectos, con escasos o nulos resultados a favor de las áreas naturales y de las especies que albergan”, opina. Él coloca como ejemplo contrario a la conservación del endemismo a Guayaquil, donde, a su criterio, aproximadamente el 95% de las especies sembradas como ornamentales es introducido.

El Libro Rojo de las plantas endémicas del Ecuador es eso, una exposición de criterios científicos que buscan cimentar los proyectos de conservación en el país. “Un pequeño acto a favor de nuestro maravilloso y diverso planeta”, enfatiza Susana León.

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En tanto, Carmen Ulloa, especialista ecuatoriana que trabaja en el Jardín Botánico de Missouri (Estados Unidos), resalta que el libro es una contribución al Plan Estratégico Mundial para la Conservación de Plantas 2011 - 2020 del Convenio para la Biodiversidad Biológica, una iniciativa global que, entre otros objetivos, tiene como meta la evaluación del estado de conservación, lo mejor posible, de todas las especies de plantas conocidas, para guiar acciones de protección.

Acciones que estos científicos consideran fundamentales y urgentes en “la patria de las plantas raras...”, cita que abre el Libro Rojo, atribuida a José de Caldas en la publicación Ojeada general sobre la vegetación ecuatoriana (1883).

Plantas raras o comunes, pero gracias a las cuales pueden vivir otras especies, concluye León.

Cifras: Riesgos
78%
De las especies está dentro de algún grado de amenaza, de acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

72%
De plantas amenazadas no se encuentra dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

8%
De las especies se halla en la categoría En Peligro Crítico de Extinción.