'Gen' Borbón de la infidelidad, una leyenda que afecta a la familia real

En el libro La Soledad de la Reina, la escritora Pilar Eyre descubre detalles de la relación conyugal de los monarcas Juan Carlos y Sofía, resquebrajada esta por los romances que se le atribuyen al rey. En un diálogo con este Diario, la también periodista española opina incluso sobre las razones por las cuales el matrimonio real se mantiene y si el comportamiento del soberano alimenta la leyenda urbana sobre los genes de la infidelidad de los Borbón.

¿Por qué cree que los reyes Juan Carlos y Sofía no han decidido divorciarse?

La reina ha sufrido mucho por su vida matrimonial rota, pero tampoco se le ha pasado por la cabeza separarse. Por la monarquía, como institución, aguantan infidelidades o desgracias. El rey ha tenido muchas aventuras, pero tampoco creo que se haya enamorado de ninguna.

Y la reina, ¿cuándo dejó de estar enamorada?

Yo creo que desgraciadamente todavía lo está. El rey es un profesional de la seducción.

El ‘gen Borbón’, el de la infidelidad, no parece ser una leyenda urbana...

Lo padecieron don Juan, el padre de don Juan Carlos; Alfonso XIII; incluso, la reina Isabel II de Borbón. Es una característica de los borbones. Cuando Sofía se casó con Juanito (como los más cercanos llaman al rey) , tanto la abuela como la madre de su marido le dijeron ‘piensa que los Borbones son muy malos maridos’.

¿Le espera, entonces, el mismo futuro a Letizia?

Felipe tuvo una soltería muy movida, pero desde que se casó puedo decir, de manera contundente, que ha sido fiel a su mujer. Está muy enamorado de Letizia. De momento son una pareja unida y feliz. Su padre aguantó 14 años; ellos llevan ocho de casados.

¿Soportaría Letizia situaciones como las que ha vivido la reina?

Hay dos corrientes de opinión. Una que dice que no está educada para soportar tanto. Y otra que asegura que sí ha sido lo suficientemente ambiciosa para casarse con el heredero de la corona, aguantaría. Ella se cree su papel y el que va a tener en la historia de España.

¿De todos los ‘affaires’ que se le conocen al rey, puede decirse que el último que se le atribuye con Corinna zu Sayn-Wittgenstein es de los que más le han marcado?

Esto no lo puede saber nadie. Hay amigos del rey que le quitan importancia, dicen que es una más. Otros sostienen que está durando más de lo deseado porque llevan juntos desde hace siete años. No creo que el rey pierda la cabeza (Eyre en su última columna en El Mundo del sábado asegura que la historia con la princesa alemana había concluido porque el monarca ha puesto por encima de sentimientos personales la razón de Estado).

¿Y la reina, no ha tenido también sus amigos íntimos?

La reina es una reina de los pies a la cabeza. Ha sido una mujer desgraciada y ha cumplido con su obligación hasta el último momento. Ahora parece que quiere ser un poco más independiente, pero no he podido comprobar que le haya pagado al rey Juan Carlos con la misma moneda, aunque lo he investigado de todas las maneras. La reina Sofía morirá enamorada de
su marido aunque no le corresponda. Y esa es su cruz.

A los españoles no les importa tener un rey mujeriego...

En un país machista como España, lo de ser mujeriego aún es un punto a favor. Sentó peor lo de la cacería y que practique un deporte del siglo XX propio de sátrapas en un momento de crisis económica.

¿Está la monarquía herida de muerte?

Para la familia real está por delante la institución, por lo que van a unir sus intereses para luchar contra esta coyuntura de impopularidad. La reina quiere que su hijo llegue a ser rey. En realidad, todos quieren lo mismo. El rey conseguirá rehabilitarse, dará un golpe de timón y se dejará llevar por el instinto. Sigue la máxima de San Ignacio de Loyola: “En momentos de tribulación no hacer mudanza”. Creo que tenemos monarquía para rato.

Relaciones

El rey Juan Carlos y la reina Sofía, casados desde el 14 de mayo de 1962, se conocieron en un crucero por el mar Egeo, organizado en 1954 con miembros de las casas reales europeas. En 1961 se reencontraron en la boda de los duques de Kent, en Londres.

Un año y medio después del enlace, Sofía y Juan Carlos tuvieron su primera hija, la infanta Elena. En 1965 llegó la infanta Cristina y en 1968, el príncipe Felipe.

El reinado de Juan Carlos comenzó con la muerte del dictador español Francisco Franco. Fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1975, convirtiendo a Sofía en su reina consorte.