AP-AFP
BALANDI, Afganistán.- Un soldado estadounidense emprendió a tiros ayer contra unos residentes cerca de su base en el sur de Afganistán y mató a 16 civiles, entre ellos tres mujeres y nueve niños. El presidente afgano Hamid Karzai exigió enérgicamente una explicación a Washington.

"Este es un asesinato, una matanza intencional de civiles inocentes y no puede perdonarse", dijo Karzai en un comunicado. Agregó que ha exigido reiteradamente a Estados Unidos que deje de matar civiles afganos.

Según el comunicado, el ataque del militar hirió además a cinco personas en la provincia de Kandahar, entre ellas un niño de 15 años, llamado Rafiulá, que recibió un balazo en una pierna. En un diálogo telefónico con el presidente, dijo que el soldado estadounidense irrumpió en su casa en la mitad de la noche, despertó a su familia y empezó a dispararles, según dijo Karzai en el comunicado.

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La matanza profundizó una crisis entre las fuerzas norteamericanas y los afganos que estalló cuando los estadounidenses quemaron ejemplares del Corán en una base militar en Afganistán. Ese hecho provocó semanas de protestas violentas y ataques que dejaron unos 30 muertos. Seis soldados estadounidenses fueron muertos por afganos después de que se conoció la quema del libro sagrado de los musulmanes.

La violencia por la quema del Corán provocó llamamientos en Estados Unidos para una salida más rápida de la guerra afgana que se inició hace 10 años. El presidente Barack Obama dijo recientemente que "este es el momento para la transición", pero que no tenía planes de modificar la agenda actual que devolverá a los afganos el control de la seguridad del país para fines del 2014.

Las tensiones entre ambas naciones parecían estar calmándose ya el viernes pasado, cuando Estados Unidos y Afganistán firmaron un memorando de entendimiento sobre la transferencia de detenidos afganos al control de la república islámica, una medida clave para forjar una estrategia común para el control de las fuerzas estadounidenses en el país.

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Ayer el presidente de EE.UU., Barack Obama dijo: "Ofrezco mis condolencias a las familias y seres queridos de aquellos que perdieron la vida, y al pueblo de Afganistán, que ha soportado demasiada violencia y sufrimiento", en una declaración escrita.

En tanto, el secretario de Defensa, Leon Panetta, telefoneó ayer al presidente afgano y le aseguró que hay una completa investigación en curso.