Rosa Holguín muestra con orgullo las altas calificaciones y los reconocimientos que su hija Gabriela Demera, de 11 años, obtuvo en la escuela particular Casita de Esperanza, ubicada en las calles Venezuela y la 17.

Sentada en la sala de espera de la Dirección Provincial de Educación mostraba su preocupación porque pese al aprovechamiento de su hija no puede obtener un cupo en el instituto técnico fiscal Guayaquil, donde la inscribió como aspirante a octavo año de básica.

“Ojalá pueda tener una matrícula”, dijo mientras empezaba a llenar una solicitud para que las autoridades del Ministerio de Educación le asignaran un cupo dentro de un plantel fiscal.

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El mismo trámite hacía Alexandra Guaranda. Ella quería una matrícula para su hija Alyson Yagual, de 12 años, que culminó la primaria en la misma escuela particular que Gabriela. Ella vive en las calles Machala y Febres Cordero. Por eso, dijo, su primera opción era el Guayaquil, donde la inscribió, pero no resultó favorecida. “Quería ese colegio (Guayaquil) fiscal porque me gusta la enseñanza y está cerca a mi casa”, agregó Yagual al indicar que no cuenta con posibilidades económicas para un colegio privado.

Mientras que la Comisión de Zonificación Escolar aún no anuncia la distribución de los alumnos en los colegios y unidades educativas fiscales.

Este año los listados tendrán una variación en quince colegios de esta ciudad que aplicarán la coeducación (alumnado mixto). También, como lo anunciaron las autoridades, el colegio réplica Guayaquil de la isla Trinitaria zonificará para los de octavo de básica y primero de bachillerato. Los que vivan en la zona tendrán la preferencia en este plantel.

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Hoy culmina el plazo para que los colegios fiscales den a conocer la lista de los alumnos que lograron un cupo para octavo por sus méritos académicos. Los listados del resto de aspirantes que no logró ingresar al plantel deberá ser enviado a la Dirección de Educación para la asignación de matrículas.