Con sorpresa pero con aceptación, los usuarios de la Metrovía se toparon ayer con la nueva orden que disponía que las dos primeras puertas de los articulados fueran solo para el ingreso exclusivo de mujeres, niños y personas de la tercera edad.

La disposición empezó a cumplirse a las 10:30 en todas las estaciones, sin embargo, hubo problemas con usuarios, especialmente parejas, que se negaron a separarse para ingresar al bus. “Hubo algunos problemas, sobre todo con las parejas. La orden es intentar hacer entender a los pasajeros, pero si no se puede, queda a libre elección de ellos por dónde entrar”, señaló Cristian Vera, auxiliar del departamento de Operaciones de la Fundación Metrovía, quien era el encargado de guiar a los usuarios en la terminal Río Daule, al frente de la terminal terrestre.

Pese a los inconvenientes, la mayoría de pasajeros acataron el nuevo sistema de ingreso. Evelyn Solórzano y Samaris Fonseca, quienes abordaron un bus en la terminal Río Daule, señalaron que el ingreso exclusivo de las mujeres traerá orden y las hace sentirse más seguras. Mientras que para Marcela Rosado, quien tomó un articulado en la parada del IESS, subir separada de los hombres es un alivio. “Son muy morbosos, ya tuve muchos problemas dentro de la Metrovía, me parece una buena idea lo que han hecho”, expresó la usuaria.

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Los pasajeros varones también se mostraron de acuerdo. “Me parece bien la medida, sobre todo para las mujeres embarazadas y con niños en brazos”, dijo Pedro Gavilanes.

Vera anticipó que la idea es que el orden se mantenga dentro de los buses, por lo que se dispuso que los choferes de los articulados anuncien por el sistema interno la nueva disposición a los pasajeros.