Entre las distintas modalidades que hay para conocer y estudiar la evolución de las lenguas, desde las más antiguas hasta las actuales, se dispone ahora de un nuevo recurso gracias a las computadoras, sus programas, bancos de datos y otros recursos de la moderna informática.

La empresa Google Books ha revisado los datos de más de dos billones de palabras, desde aquellas contenidas en libros publicados a partir de Gutemberg, el inventor de la imprenta de tipos movibles, hasta un total de quince millones de publicaciones. Este enorme número de libros representa apenas el 12% de volúmenes existentes. La misma empresa ha publicado en Science (www.sciencemag.org (16 de diciembre del 2010) un millón doscientos mil resúmenes. Una revisión de tal material revela que 500.000 palabras de la lengua inglesa no aparecen en ninguno de los diccionarios actuales, lo cual se interpreta como que han desaparecido por falta de uso, en tanto que un número mayor de palabras son nuevas y cada año aumenta su cantidad. En el último siglo la lengua inglesa ha crecido a más del doble. Tales datos muestran la activa evolución del lenguaje. Por cada palabra que desaparece, promedialmente aparecen en reemplazo dos nuevas, que denotan nuevas modalidades o el desarrollo de modelos culturales más modernos. Quizá nunca en la historia del hombre hubo tal creatividad lexical como ahora, exceptuando, claro está, la época remotísima en que fue creado el lenguaje humano.

En otro aspecto, el banco de datos abre nuevas vías de investigación sobre diversos temas de la cultura. Por ejemplo, la influencia de algunos científicos o escritores. Las obras de Segismundo Freud, desde que se publicaron, tuvieron irrefutable relevancia. Teorías y experimentos de Freud, por varias décadas, constituyeron materiales de estudio, y de muy álgidas discusiones. En estos últimos años, sin embargo, han ido perdiendo relevancia, habiendo llegado a un mínimo en el 2005. Por el contrario, las obras de Carlos Darwin han seguido creciendo en importancia durante estos años. Actualmente innumerables publicaciones versan o se refieren a los muchos tópicos darwinianos.

Por otra parte, el banco de datos permite avistar ciertas formas en que la política ha influido en la cultura. Tal información aparece en la base de datos n-gram revisada por la investigadora Aviva Presser. Al analizar los libros alemanes e ingleses publicados durante la primera mitad del siglo XX, muchos autores alemanes simplemente no aparecían, mientras los ingleses seguían publicando sus obras normalmente. Estudiada la diferencia, se ha encontrado que el 80% de quienes no aparecen en lengua alemana, son autores judíos que figuraban en la lista negra del gobierno nazi. Algo semejante ocurre con pintores famosos como Pablo Picasso, por haber sido consideradas sus obras como arte “degenerado” impropio para la ideología nazi. Se ha elaborado así un índice de escritores y artistas censurados por los nazis y lo más penoso es que de aquellos autores que no fueron traducidos a otras lenguas, en especial al inglés, se habrían perdido definitivamente tanto sus nombres como los títulos de sus obras.

Rectificación: En mi artículo anterior (20 de diciembre del 2011) se ha deslizado un error. El senador Kerry no es republicano sino demócrata.