El abuso, la violencia, la sumisión, la inequidad, el machismo y la discriminación predominan en el imaginario cultural en materia de sexualidad. Un reciente estudio, en el que también participaron menores, así lo confirma.

Su menuda contextura, sus facciones aún de niña y su hablar tímido contrastan con los roles que ya desempeña a sus 14 años. Todo el día atiende a sus dos hijos, de 28 y 12 meses de edad, mientras espera que su conviviente, de 25 años, llegue al hogar, cada 15 o 21 días, con el dinero que gana en una camaronera en Santa Elena.

Cristina, como se llama la adolescente, conoció al joven, su segundo conviviente, mientras se separaba del padre de su primer hijo cuando este tenía apenas dos meses de nacido. Ambos dejaron el sur de Manabí para buscar mejores días en Guayaquil.

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“No soportaba tanto golpe. Por suerte, me encontré un buen hombre. Él era vecino mío y escuchaba las tranquizas (golpes) que me daba el borracho de Rigoberto”, cuenta la muchacha, quien percibe como natural la unión de un menor de edad con un mayor. No es la única.

Según la organización Plan Internacional, el 53% de la población analizada en un estudio efectuado en agosto pasado ve como aceptable el hecho de que un adulto tenga una relación con un menor de edad, si es que este quiere casarse con el adolescente y los padres están de acuerdo. Solo el 21% lo reconoce como un delito.

El estudio se realizó en cantones de Guayas (Playas y Balzar), Santa Elena (Santa Elena), Manabí (Rocafuerte y Montecristi) y Bolívar (Guaranda y Las Naves), y se denominó Patrones culturales que influyen en la educación para la sexualidad de niñas, niños y adolescentes.

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En esta muestra participaron 500 personas, entre niños, adolescentes, padres, funcionarios y autoridades del Ministerio de Educación, ente encargado de dictar las políticas y planes para la difusión de esta rama en los planteles educativos del país.

Según los resultados de Plan Internacional, difundidos a inicios de mes, el abuso, la violencia sexual, la sumisión, la inequidad, el machismo y la discriminación se mantienen, pese a que la Constitución garantiza el derecho a la educación para la sexualidad y el Código de la Niñez protege a los menores de abusos en el ámbito de la sexualidad.

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El estudio, de 167 páginas, recopila las percepciones, por edades, de niños y adolescentes sobre diferentes temáticas de sexualidad. Por ejemplo, al hablar de la discriminación de género, el 12% de las niñas de entre 9 y 12 años muestra temor a ser rechazadas o castigadas por utilizar minifaldas, ya que los niños las excluyen de los juegos y les suelen decir “machonas”. Estas infantes temen también ser manoseadas o que les levanten la falda, acción que perciben como violencia, según el estudio.

“Aún no se logra construir una igualdad al hablar sobre sexualidad. Con el estudio hemos tenido posibilidad de que la gente hable, de que se dé la ruptura del silencio, de que se conozcan casos de abusos sexuales terribles. Niñas abusadas por sus padres, tíos, familiares. Adolescentes abusadas por sus maestros”, cuenta Angélica Palacios, asesora nacional de Derechos Reproductivos de Plan Internacional.

Menciona que las actividades de la zafra y la pesca han sido ‘terribles’ para algunos niños y adolescentes, pues ¬según conocieron en las entrevistas¬ algunas menores han sido explotadas sexualmente en los ingenios y los menores, en cambio, han sido abusados en alta mar.

Miedos, tabúes, estereotipos, prejuicios y desconocimiento sobre la sexualidad marcan las creencias o imaginarios de niños y adolescentes, padres e incluso de algunos docentes, según se registró en este sondeo y se comprobó en un recorrido de este Diario por planteles educativos de Guayaquil, Balzar, Montecristi y Rocafuerte.

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“Yo me iba a ir a los 12 años con un chico de 20, el hijo de la pastora. No sé ni por qué me quería ir con él, pero mi mamá evitó que eso pasara. Luego, como a las tres semanas, se llevó a otra chica”, relata Érika, de 16 años, residente del cantón Balzar. “A ella un día los padres tuvieron que rescatarla porque la había dejado como un monstruo, hinchada y con la cara morada. De lo que me salvé”.

Ella dice que casi todas sus vecinas y compañeras de aula han tenido experiencias sexuales porque “han querido probar” o porque les “han dado la prueba de amor” a sus novios. Algunas, que no superan los 18 años, ya tienen entre dos y tres hijos.

Rita Pianda, de 34 años y madre de siete hijos, cree que la migración es uno de los principales factores del resquebrajamiento familiar y de las consecuencias como el embarazo precoz y los matrimonios y divorcios a temprana edad, como le sucedió también a ella. “Los jóvenes ya no respetan a los padres. Hacen lo que les da la gana. Ahora ellos ya no piden permiso para salir sino que nomás avisan. A los padres y los familiares les falta ejercer más control”, señala.

La pobreza extrema hace que algunos padres acepten la relación entre un adolescente y un mayor de edad. “Es que él tenía cómo mantener a la muchacha. Para que se embarace de uno de su edad, a quien no podemos ni darle de comer, mejor que se vaya con el que da arroz, maíz, café”, asegura María, de 54 años, una madre que permitió que sus tres hijas, de entre 13 y 19 años, se unieran a hombres de entre 27 y 40 años.

El machismo expresado en diversas formas también predomina en muchos hogares, en donde la mujer es vista solo como una ama de casa que se dedica exclusivamente a las “tareas del hogar”, como barrer, cocinar y lavar. El hombre, en cambio, es concebido como el “sostén económico” del hogar, que puede hasta golpear a su conviviente, aseguran los encuestados por la organización Plan Internacional y por este Diario.

Otra de estas prácticas vigentes “para mantener la virilidad” y para hacerse “macho” es inducir a los adolescentes a que tengan su primera relación sexual en un burdel, indican niños, adolescentes y familiares entrevistados. Según el informe de Plan Internacional, el 40% de los adolescentes varones siente miedo y desesperación porque son obligados a tener su primer contacto sexual en prostíbulos y sin protección. A algunos, incluso, se les induce a practicar con animales, en zonas rurales.

“Mi papá dice que todos mis hermanos se hicieron hombres en el chongo (prostíbulo), pero yo le he dicho que prefiero hacerlo con mi novia cuando nosotros queramos”, menciona Byron, de 15 años, habitante de la isla Trinitaria, en Guayaquil.

Los niños y adolescentes de entre 9 y 17 años que hablaron sobre sexualidad con este Diario, relacionan este derecho con el contacto sexual con otro. Muchos se sonrojan, se sorprenden y evitan hablar del tema. Pocos aseguran que no tienen confianza para dialogar con sus padres o con sus profesores.

“En el colegio me mandaron un deber sobre la sexualidad y no pude hacerlo porque mi mami me dijo que esas cosas no se preguntan, que ella no sabe de eso y que consulte con otra persona”, dice Lorena, de 15 años.

De 24 profesores consultados por este Diario, 15 también relacionan la sexualidad solo con el contacto sexual. Azucena Mera, una profesora de Montecristi, Manabí, dice que no han recibido capacitación o charlas relacionadas con la sexualidad para retribuir esos conocimientos a sus alumnos. Menciona, además, que carecen de material.

Alega que el Gobierno Nacional está ofreciendo cursos para que los maestros se especialicen y dice que ha querido inscribirse, pero que, cuando intenta, los cupos ya están llenos.

En los libros del Ministerio de Educación solo se expone el tema de la sexualidad desde la parte biológica, reproductiva o de salud pública. “No podemos dar más. El mismo profesor de Ciencias Naturales tiene que dar (la materia) desde sus conocimientos y desde lo que está en los libros. Aquí no tenemos ni orientador”, cuestiona un docente de la escuela Rosalía Arteaga, en Guayaquil.

Representantes de la Dirección de Educación del Guayas aseguran que se está trabajando en la capacitación a los docentes, pero que es un proceso que requiere de tiempo. Y delegan parte de la responsabilidad de la educación a los padres, sobre todo en valores.

98%
De los adolescentes relacionan la sexualidad con el acto sexual o de procrear, mientras que el 44% cree que el contagio del VIH es por “relaciones desenfrenadas”.

8-14
Años de edad es el promedio de la iniciación de las relaciones sexuales, según información estadística que manejan escuelas, colegios, autoridades y entidades no gubernamentales.

44%
De los docentes entrevistados por Plan Internacional cree que la transmisión del VIH es por las relaciones desenfrenadas, por la homosexualidad y por degeneración sexual.

526
Embarazadas de entre 10 y 19 años constan en la programación de atención –de todo el 2011– del área de salud Nº 15 del cantón Balzar, en Guayas, que acoge también al cantón Colimes.

63%
De adolescentes mujeres concibe la masturbación como un acto “enfermizo, anormal, despectivo y doloroso”. Y el 68% de los adolescentes hombres lo califica “de locos”.

87
Docentes en Guayas han recibido capacitación por el Gobierno y por las ONG’s para el tema de la sexualidad desde el 2009 hasta este año, según la Dirección de Educación.