Una mancha negra reemplazó el árido suelo de la reserva natural Cerro Colorado en 135,26 hectáreas de las 325,43 que tiene el bosque seco, tras el incendio forestal que se inició el lunes pasado y que fue controlado completamente el domingo.

Para los grupos ecológicos, esta es una pérdida para la ciudad, debido a que este es un pulmón que brinda aire puro a por lo menos 250.000 personas.

Según el Ministerio del Ambiente (MAE), se afectó el 60% del bosque y entre 15 y 20 especies de flora se perjudicaron en el siniestro. Ayer, personal de esta cartera de Estado se encontraba en el sitio realizando un censo para cuantificar daños.

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“Entre las especies perjudicadas encontramos guasmo y guayacán. En fauna conocemos que se vieron afectados tigrillos, ardillas y aves”, dijo un bombero forestal del MAE que prefirió reservar su nombre.

Agregó también que la afectación no es mayor debido a que un 30% del área quemada corresponde a vegetación, mientras que el resto responde a lianas (enredaderas) y maleza.

Esta aseveración no es compartida por los directivos del Jardín Botánico, quienes sostuvieron que la zona perjudicada es del 80%.

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“Se puede ver que un árbol se mantiene en buen estado, pero su raíz sí se quemó, pues en el siniestro el calor se transportó bajo tierra”, señaló James Pérez, director de la institución, quien cuestionó el mantenimiento que dan las autoridades al bosque.

La Dirección de Ambiente del Municipio indicó en un comunicado que “la integridad del área conocida como Bosque Protector Cerro Colorado es de exclusiva competencia y responsabilidad del Ministerio del Ambiente.

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Para Arcadio Arosemena, miembro de Jardín Botánico, es necesario aprobar un Plan de Manejo que contemple los lineamientos para una adecuada conservación.

“Con este flagelo quedó demostrado que no se está lo suficientemente preparados para afrontar este tipo de eventos, por eso creo necesario se apruebe el plan de manejo. Con ello, se aprobará, entre otras cosas, la creación de vías de acceso, mangas contra incendio e implementará miembros forestales permanentes, se harán vías de acceso, sin perjudicar el ambiente”, acotó.

Arosemena también recomendó que se podría ayudar a la restauración a través de la reforestación.

“Hay que esperar que se determine cuántas hectáreas se han quemado completamente, para saber con exactitud el número de árboles que se debe sembrar, pero el promedio es de 625 por hectárea”, anotó.

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La bióloga Nancy Hilgert se mostró preocupada por la situación del bosque que podría tardar varios años en recuperarse. “Este es un bosque seco tropical y debe ser protegido responsablemente, en el país solo queda menos del 4% de bosques secos”.

Según el Cabildo, en el perímetro urbano existen además once espacios naturales, entre los que constan: Cerro Blanco, Cerro Paraíso, Bosqueira, Área Nacional de Recreación Parque Lago, Prosperina y el Sendero del Palo Santo.