Las nuevas excavaciones que se realizaron ayer en el cementerio de El Batán, en el norte de Quito, permitieron la recuperación de nuevos restos óseos, los que se unen a los hallados el viernes pasado y que serán analizados con la prueba del ADN para comprobar o descartar si se trata de los restos de los hermanos Santiago y Andrés Restrepo Arismendi.

Desde muy temprano, los peritos designados por la Fiscalía y encabezados por el fiscal que lleva el caso, Jorge Cano, reanudaron la diligencia de exhumación de los cuerpos que fueron colocados en fosas de El Batán donde se entierran a los N.N. o personas no identificadas.

Al igual que en la diligencia del pasado viernes, se restringió el acceso a la prensa, pero desde los edificios aledaños al camposanto se pudieron ver algunos procedimientos aplicados por los peritos de la Unidad de Criminalística de la Policía Judicial.

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Entre otras cosas se apreció como tierra que era sacada en fundas plásticas de la fosa fue minuciosamente cernida por un grupo de trabajadores.

También se pudo observar la entrega de algunas piezas óseas y la recuperación de prendas de vestir.

Todos estos elementos serán sometidos a los correspondientes análisis que permitan determinar la edad y el sexo en el caso de los restos óseos, mientras que la ropa ayudaría a calcular el tiempo que estuvieron enterrados estos cuerpos.

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El viernes pasado se inició la diligencia de exhumaciones en los nichos de este cementerio, en los que se produjeron entierros que coinciden con fechas cercanas a la desaparición de los adolescentes, el 8 de enero de 1988.

Ese día los peritos designados por la Fiscalía lograron recuperar una osamenta, varias prendas de vestir y fundas plásticas. Este trabajo se realiza dentro de un cerco de 300 x 400 metros, en torno a las fosas.

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La localización de las tumbas fue posible por la información proporcionada por uno de los sepultureros del cementerio de El Batán, quien afirmó que en 1988 en ese lugar se enterraron varios cadáveres que eran remitidos por la Comandancia General de Policía.

La reapertura de las investigaciones en este caso se produce por las declaraciones del exagente del Servicio de Investigación Criminal (SIC) de Pichincha Salomón Castillo, quien asegura que al menos uno de los chicos pudo ser entregado al cementerio de El Batán, como cadáver no identificado.

Esta versión contradice lo dicho por Hugo España, quien vive en Inglaterra como testigo protegido, y asegura que los cuerpos de los hermanos Restrepo fueron botados a la laguna de Yambo, en Cotopaxi.

Pedro Restrepo, padre de los desaparecidos, se muestra poco esperanzado de que esta nueva diligencia, como otras tantas que se han realizado en 23 años, rinda frutos y es más está seguro de que ahí no se encuentran enterrados sus hijos.

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Sin embargo, está abierto a realizarse las pruebas que sean necesarias para determinar si los restos extraídos de El Batán corresponden a sus hijos, Santiago y Andrés.

La Fiscalía tiene previsto que la diligencia que se realiza en el cementerio de El Batán se extienda hasta el viernes próximo para posteriormente iniciar con las pruebas de ADN, si son los cuerpos.

Detalles: Diligencias
Nichos
Cuatro serían los nichos que la Fiscalía tiene previsto exhumar en busca de los restos de los hermanos Restrepo, Santiago y Andrés Restrepo Arismendi.

Plazo
La diligencia de los peritos de la Fiscalía en el cementerio de El Batán se extenderá hasta el viernes próximo. Luego vendrán las pruebas.

Presunciones
Según el exagente del desaparecido Servicio de Investigación Criminal (SIC), Salomón Castillo, los hermanos fueron enterrados en enero de 1988, luego de que murieran en manos de la Policía.