Dos megaobras, una a punto de concluir y otra aún en estudio, buscan inyectarle modernidad y eficiencia a Quito. Una es el nuevo aeropuerto internacional, que se construye en la zona de Tababela (oriente de la ciudad) y tiene un avance del 85%. Se prevé que la obra física concluya en abril del 2012 y en octubre sea inaugurada oficialmente. El metro, la segunda megaobra, en cambio, sigue con los estudios para definir el trazado definitivo.

Durante dos administraciones municipales, la de Paco Moncayo y la actual de Augusto Barrera (PAIS), pasaron el diseño, la negociación y construcción del nuevo aeropuerto. Sin embargo, los tropiezos surgieron en la negociación de la obra y la falta de vías de acceso.

El vicealcalde de la ciudad, Jorge Albán, explica: “El proceso de negociación fue complejo, era un contrato que tenía problemas, estaba muerto. De allí vino un proceso de diez meses de tramitología, consultas a Contraloría, Procuraduría, creo que ese periodo de tiempo sí nos desgastó, le quitó fuerza”.

Publicidad

El mayor problema que sortea la obra es la falta de vías de acceso concluidas. Según Albán, estas debieron construirse hace cinco años, porque solo los estudios llevan un año y medio y las expropiaciones también demoran. Sin vías de acceso terminadas, los empresarios, funcionarios municipales, representantes de las aerolíneas y pobladores de las zonas aledañas anticipan que se creará un “caos vehicular” que generará problemas a los pasajeros, al menos en el primer año de funcionamiento del nuevo aeropuerto.

Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas del Ecuador (Arlae), afirma que las aerolíneas nacionales tendrán una afectación del 30% de sus pasajeros. “Es absurdo que una persona por un vuelo de media hora a Guayaquil tenga que hacer hora y media hasta llegar al nuevo aeropuerto por vía terrestre”. Agrega que “los ejecutivos preferirán hacer una teleconferencia o acumularán sus reuniones para no hacerlas tan frecuentes. Se va a volver complicado para los pasajeros que hacen rutas de negocios entre Quito y Guayaquil y tienen que ir y venir el mismo día, habrá una afectación grande”.

Pasado mañana, Arlae prevé reunirse con las autoridades municipales y tratar el tema.

Publicidad

Desde la Municipalidad se plantean alternativas viales de acceso al nuevo aeropuerto. La principal, vía Collas-Guayllabamba, que tendrá un costo de $ 100 millones, es considerada de gran importancia para quienes se dirijan hacia el aeropuerto desde el norte de la capital. Según Panavial, constructora de la carretera, esta estará terminada en el 2013. A ella se accederá desde la prolongación de la 10 de Agosto, el túnel Guayasamín y las av. Granados, Interoceánica y Simón Bolívar.

Otra alternativa es la E35, que va de Cusubamba al Colibrí, de norte a sur, y llega a Santa Rosa. El alcalde Augusto Barrera maneja la opción de ampliar la vía y no se descarta realizar un nuevo trazado de la E35 para el transporte de carga que va hacia Latacunga y Cayambe. Pero estas obras tardarán.

Publicidad

La Ruta de la Vía de Integración de los Valles, conocida como Ruta Viva, es otra opción. Diez carriles se construirán en una conexión con Cumbayá y Tumbaco, a un costo estimado de $ 160 millones. Esta vía, de 13,6 kilómetros, será financiada por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y se empezará a construir en el 2012.

El trazado aliviaría la congestión en los valles por el nuevo aeropuerto, pero hay rechazo de los pobaldores. Mariana Freire, presidenta del Frente de Defensa del Valle, explica que la obra pasa por un 70% de zonas densamente pobladas. “Como está propuesto el trazado arrasará con fuentes de agua, con la montaña Ilaló, sitio verde del valle. Al menos 1.500 familias se verán afectadas”, dice Freire.

Este grupo propone que mejor se construya un metroférico subterráneo que sirva a las parroquias y que el nuevo trazado sea por Gualo-Zámbiza. La Alcaldía asegura que apenas son 260 familias afectadas a quienes se les expropiarán parcialmente sus predios por un monto de $ 40 millones. Mientras estas obras concluyen, el acceso a Tababela será a través de la ruta existente, la Interoceánica, muy transitada actualmente.

Según el vicealcalde, en julio se contará con un plan de contingencia para atender a los usuarios con transporte público. Además se abrirán oficinas de prechequeo en Quito para que el pasajero adelante los trámites en la ciudad y esté menos tiempo en el aeropuerto.

Publicidad