Un grupo de estudiantes del colegio Mejía, en la ciudad de Quito, bloquearon las calles aledañas al plantel en protesta por la agresión que sufrió el joven Édison Cosíos, el pasado 15 de septiembre.

Cosíos recibió el impacto en su cabeza de una bomba lacrimógena, que fue lanzada por los policías para tratar de frenar la manifestación que se realizaba. Los compañeros del joven agredido piden que se sancione a los policías.

Este día los agentes policiales no utilizaron gas lacrimógeno, y solo se valieron de las motos para rodear a los jóvenes y disolver la protesta.

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Dos personas infiltradas fueron detenidas, según detalló Ecuavisa.