El investigador de biología molecular de la Universidad Texas AgriLife Research, Keerti Rathore, compartió conocimientos con estudiantes y profesores de la Escuela Superior Politécnica del Ejército (ESPE) sobre la tecnología del algodón comestible para humanos y otras especies distintas a los bovinos.

Rathore encontró la forma de reducir la toxina (gosipol) presente en la semilla de algodón (desmotada) que hacía que hasta ahora solo pudiera ser ingerida por vacunos.

Además de ser materia prima para los textiles, el algodón también puede ser un alimento rico en proteínas. El especialista en biología molecular se ha dedicado a intentar revertir la contrariedad de un algodón débil para hacerlo comestible y lo ha logrado gracias a la biotecnología.

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El propósito de su estancia en el país es establecer proyectos en conjunto entre ambas universidades.

La producción de semilla de algodón mundial asciende a 44 millones de toneladas métricas anuales y los estudios demuestran que la semilla tiene un 22% de proteína. Keerti y sus colegas de la universidad americana desarrollaron esta nueva variedad transgénica, utilizando ARN de interferencia, que podría alimentar a 500 millones de personas al año.