Productores y exportadores de cacao se han puesto de acuerdo en impulsar la producción y exportación del llamado cacao aromático que, por sus excelentes cualidades, tiene mayor demanda internacional y a un precio más competitivo que el ordinario. En el último año, la exportación ha llegado a una cifra récord, con perspectivas de continuar al alza. Ojalá este valioso producto vuelva a ser la “pepita de oro”.

Coincidentalmente, las recientes investigaciones sobre la composición química del chocolate demuestran su valor nutritivo y descartan, si se lo consume con moderación, el riesgo de que contribuya a la obesidad dado su aporte de grasa. El hecho es que se ha descubierto y comprobado que el chocolate contiene una alta dosis de flavonoides, que son sustancias antioxidantes. Mientras más puro es el chocolate (más de color obscuro o negro) tanto más rico es en flavonoides, pero asimismo es algo más amargo. Para el gusto, sobre todo de los niños, muy aficionados a las golosinas, lo apropiado es el chocolate en barra, bombones u otras preparaciones que sean también dulces por la adición de azúcar.

Los flavonoides constituyen una amplia familia dentro de la categoría de los polifenoles. Los flavonoides son sustancias que no produce el cuerpo humano. Son las plantas las que los producen y estos flavonoides contribuyen a la coloración de los pétalos de las flores.

Por su constitución química los flavonoides actúan como antioxidantes que neutralizan los radicales libres, los mismos que resultan del metabolismo de varias sustancias del cuerpo humano. Por su actividad antioxidativa, algunos de los flavonoides protegen al cuerpo humano del exceso de rayos ultravioletas y, entre otras cualidades, según muchos autores están las de prevenir la arterioesclerosis, la formación de placas de ateroma y consiguientemente previenen el infarto cardíaco, así como ciertos tipos de cáncer; además, regulan la permeabilidad capilar, disminuyen la inflamación y algunos son antivirales. El adulto requiere, aproximadamente, de 23 miligramos de flavonoides por día provenientes de varios de los alimentos vegetales.

Entre nosotros, según el dicho popular, preferimos “las cuentas claras y el chocolate espeso”. Se trata del chocolate en leche. Por sí mismo el chocolate tiene grasas, pero en su mayor parte las vinculadas al colesterol bueno. La preparación con leche aumenta el contenido en grasas pero la leche es una buena fuente de calcio. En el metabolismo intestinal, el calcio se une a las grasas y por consiguiente estas pasan menos a la circulación general. Por tales mecanismos el chocolate no contribuye mayormente a la obesidad.

La cantidad de leche para adultos es de un máximo medio litro por día, y el chocolate negro hasta 30 gramos de dos a tres veces por semana.