“Lo he intentado todo por bajar de peso. Hice dietas y seguí todo tipo de tratamiento con pastillas, pero nada me ha resultado”, comentó Carla, de 39 años, sobre su lucha por bajar las 80 libras (lb) que tiene de más.

Las 200 lb que pesa desde hace diez años se las atribuye a su vida sedentaria como oficinista y a la gordura que adquirió después de sus dos embarazos.

Desde el año pasado y por recomendación de una amiga, Carla empezó a tomar una pastilla diaria de Fruta Planta, que contiene sibutramina, sustancia que el Instituto Nacional de Higiene (INH) canceló su registro sanitario y prohibió su comercialización en el país desde el 15 de enero pasado, debido a que puede producir afecciones cardiovasculares, al igual que otros 21 adelgazantes que también están restringidos.

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“Al tercer día de tomarlas, mis manos empezaron a temblar, vivía con dolor de cabeza, andaba acelerada, acalorada, sentía sed y me dio taquicardia”, expresó la mujer, quien a la cuarta semana dejó de ingerirlas. “Y aunque bajé diez libras, mi salud estaba en riesgo, por eso las dejé”, manifestó.

Otro caso es el de Verónica, de 27 años, quien consume desde hace más de un año el mismo medicamento. Sin embargo, ella afirma que no le ha causado ningún efecto secundario.

“Cuando empecé a tomarla pesaba 260 lb y ahora peso 190 lb y la seguiré tomando porque a mí no me pasa nada”, comentó la mujer, quien, además, se dedicaba a la comercialización de este producto.

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Estas experiencias contrarias con la misma medicación se debe a que existen personas que tienen condiciones de predisposición a los daños orgánicos por esta sustancia (sibutramina) y otras no, por eso no es general la afectación, explicó Rodolfo Farfán, gastroenterólogo y decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Espíritu Santo.

A pesar de ser un medicamento restringido, la Fruta Planta se la sigue comercializando bajo pedido y con el 50% de abono en algunas tiendas naturistas del sector de las calles Gómez Rendón y la 29; a más de los avisos en periódicos y ofertas que dan expendedores nacionales y extranjeros por medio de la red social Facebook.

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Son numerosos los casos de personas, especialmente jóvenes y del sexo femenino, que sin tener una obesidad extrema (más de 100 libras de sobrepeso) toman sustancias riesgosas, inclusive conociendo que pueden producir daños graves en su organismo.

Ese es el caso de Verónica, quien antes de iniciar el tratamiento con Fruta Planta, por la desesperación de bajar de peso, ingirió diversas sustancias como Racumín (veneno para ratas) y yodo, una cucharada en ayunas, cada una.

Este último, que se suele utilizar como curador de heridas, podría funcionar como adelgazante, pero es difícil mantener equilibrio en la cantidad de yodo que existe en nuestro organismo. Por ello, el exceso ocasiona aumento de la tasa metabólica basal, apetito voraz, sed, pérdida de peso, debilidad general, intolerancia al calor, nerviosismo y a la larga problemas cardiacos, manifestó Farfán, al tiempo que condenó la automedicación de productos nocivos para la salud.

Otra de las sustancias utilizadas para el mismo fin es el cloruro de magnesio, que tiene una acción en el organismo que favorece la relajación muscular, por lo que su función es en casos de estrés y agotamiento.

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Su deficiencia produce debilidad o dolores osteomusculares y en exceso puede ser tóxico, refirió el especialista, quien aconsejó que es mejor consumir esta sustancia en alimentos como almendras, nueces, legumbres y maíz.

Alrededor de cinco pacientes al mes llegan con alteraciones digestivas como diarreas, deshidratación, dolores abdominales, taquicardia, dolor en el pecho y algunos con arritmias cardiacas como consecuencia de haber consumido sustancias como sibutramina, yodo y, además, hormonas tiroideas –sustancia que el cuerpo produce en la glándula tiroidea– pero que en exceso puede causar afecciones cardiovasculares, añadió el médico intensivista Carlos Mauwym, del hospital Teodoro Maldonado Carbo.

Los té chinos, verdes, de ginseng y orientales; pastillas de centella asiática, picolinato de cromo, entre otros productos que tienen compuestos naturales, son algunas de las variedades que también se ofertan en el mercado supuestamente para bajar de peso.

Sobre los diferentes tipos de té que se venden en tiendas naturistas y que tienen gran demanda, el intensivista explicó que estos cumplen la función de evitar la absorción de grasa a nivel intestinal, por lo que terminan produciendo diarreas y deshidratación graves.

“Hay algunos (té) que, en cambio, tienen la función de inhibir la sensación de hambre a nivel del sistema nervioso central y lo que terminan causando es desnutrición”, señaló el médico, quien agregó que todas estas sustancias mal manejadas tienen efectos adversos.

El especialista recomendó que el paciente que tiene sobrepeso acuda a un especialista que le permita determinar el origen de su obesidad, si es un factor genético, hormonal, psicológico, metabólico o ansiedad para darle un tratamiento específico que, dependiendo del caso, podría ser un sistema nutricional con ejercicios o cirugía bariátrica.