Vilma Garay es oriunda del cantón Sevilla de Oro. Luego de tres horas de viaje llegó al hospital Vicente Corral Moscoso junto con su hija de siete días de nacida y una sobrina. Necesitaba que le revisen la herida de la cesárea. Pasaron tres horas, la atendieron, pero solo recibió un suero. “Solo me dieron el suero, de ahí me mandaron a comprar hasta los guantes para los doctores”, dijo contrariada.

Ella no recibió atención integral, como suele ocurrir con cientos de pacientes venidos de varias ciudades del sur del país o de la misma Cuenca.

Esperan horas, pernoctan afuera del centro sin la certeza de que serán atendidos o si habrá en la farmacia los medicamentos recetados. “Si uno no viene a la madrugada no coge buen turno; yo tengo el nueve, pero el doctor que atiende a las 11:30 aún no llega, no sé cuanto tiempo más me tocará esperar”, dijo Mariana Gómez. Buscaba atención en consulta externa.

Publicidad

No hay medicinas suficientes. “Unas ampollas tuve que comprar afuera porque en farmacia me dijeron que se habían terminado. Los hemogramas debo hacerlos en centros privados, y la plata no alcanza”, comentó una mujer que llegó de Machala, capital orense.

Se espera que la atención mejore con la remodelación del Vicente Corral Moscoso.

Lea mañana
Faltan insumos en hospital de Manta.