Pedro Miguel es crítico del poder político mexicano y sus acólitos mediáticos. Es editorialista del diario La Jornada, de México, y fue el contacto que Wikileaks consiguió para entregar los cables infiltrados del Departamento de Estado de EE.UU. a ese medio. Dirigió el procesamiento y publicación de esa información. Compartió esa experiencia en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin) 2011, que se realiza en Guayaquil.

¿Qué ganó la sociedad mexicana con la experiencia de los Wikileaks?
Ganó elementos para hacerse una visión real del poder público, en el sentido de que este poder es un poder infractor, transgresor, que gobierna a contrapelo de la ley que debería estar obligado a cumplir y hacer cumplir.

¿Qué revelaron los cables?
Muchas cosas, pero la más grave es que hay intromisión de EE.UU. en la conformación del poder político en México. Es decir, el embajador de EE.UU. en el momento en que Felipe Calderón toma la presidencia cuenta en los cables el papel de la Embajada de EE.UU. para impulsar la llegada de este hombre a un poder que no ganó en las urnas.

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¿Se confirmó el fraude en los cables?
No. Lo que se confirma es el papel de la Embajada de EE.UU. en la imposición de Calderón, se confirma que llegó en un estado de extrema debilidad política y que la Embajada tuvo que intervenir para hacer posible esta toma del poder (en el 2006).

¿Cómo fue esa intromisión?
Tony Garza (exembajador de EE.UU. en México) habla de que él va a coordinar un equipo que intervenga en la sucesión entre Vicente Fox y Felipe Calderón para fortalecer políticamente a Calderón que está débil y para asegurar el cumplimiento de los intereses y de la agenda de EE.UU. en México.

Una vez transparentada esta información, ¿cuáles fueron los resultados?
En el México formal no hubo consecuencias. Cito otro dato relevante: el ministro de Seguridad Pública de la administración calderonista, Genaro García, va con Michael Chertof (el que fue secretario de Seguridad Interior en los tiempos de Bush hijo) y le dice: Ustedes tienen a disposición toda la información de Inteligencia del gobierno mexicano.

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¿Qué cambia en la formalidad mexicana?
Nada. Son irregularidades muy graves y todos estos personajes se mantienen en el poder. No ha habido una sola renuncia en el gobierno mexicano relacionada con la información de Wikileaks.

¿Cómo se justificaron los políticos mexicanos frente a la población?
Diciendo que no era cierto, que son chismes de lavadero, que no tienen ninguna validez oficial. No, no la tiene, pero se necesita cara dura y cinismo (para decir eso). Es sintomático que estas clases políticas bastardas que hemos padecido en América Latina.

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¿Hubo represalias del gobierno hacia La Jornada?
No. De por sí, ya estamos excluidos del reparto de la publicidad oficial, que hoy es el medio principal de venganza del poder público hacia la independencia (de los medios).