El pasado 3 de julio apareció en la ciudadela Los Ceibos una obra tipo grafiti (pintado con acrílico), en la pared que queda junto a la av. del Bombero.

Durante las siguientes semanas, tres obras similares se pintaron en la ciudadela Urdesa, en las avenidas Las Lomas, Las Aguas y en la Primera. Todas fueron atribuidas al grupo Litro x Mate, formado en la red social Facebook.

El grupo, integrado por más de 120 personas, nació con el objetivo de darles color a varias paredes del norte de Guayaquil bajo una gráfica similar a las obras del artista Mark Rothko: retazos de colores, como los que pintan los empleados municipales cuando tapan un grafiti.

Publicidad

Esta labor fue mal vista por el Municipio de Guayaquil, ya que no contaba con permiso de las autoridades pertinentes. El 13 de julio, mediante un comunicado en su sitio web, el Cabildo informó que ofrecía una recompensa de $ 1.000 a “quien dé información concreta, con pruebas (...) que permitan evidenciar a uno o varios individuos pintando grafitis o manchando propiedad pública o privada...”.

El texto explica, además, que la información permitirá que se ejerzan las sanciones previstas: en el caso de los grafitis, la prisión de hasta siete días y trabajos comunitarios reparando el daño causado, o como en el caso de la sustracción o daño de bienes públicos, el inicio de las acciones penales que conllevan hasta dos años de prisión.

El sábado 20, colaboradores del Municipio pintaron de gris las obras de Litro x Mate, lo que generó diversas opiniones en las redes sociales, medios de comunicación y entre los residentes de las ciudadelas donde se hicieron los grafitis.

Publicidad

¿Por qué el Municipio gasta pintura borrando algunas obras mientras que hay otras con señales obscenas que llevan meses en las paredes? ¿Borrarán todos los grafitis de la ciudad o solo esos?, son algunas interrogantes que generaron debate en internet y entre los residentes de los sectores involucrados.

Otro tema importante es el de la invasión a la propiedad privada, ya que las paredes pintadas cercan terrenos privados y sus dueños aparentemente no han intervenido en la eliminación de las pinturas.

Publicidad

Xavier Narváez, director municipal de Justicia y Vigilancia, informó que han identificado claramente a Daniel Adum como autor de estas obras “ofensivas para la ciudadanía”. Agregó: “(Adum) tiene un proceso legal en la comisaría y estamos pidiendo al intendente general de Policía que emita la orden de competencia inmediata a través de la fuerza pública para que el señor cumpla quince días de sanción, porque así ha sido sancionado por el comisario municipal para que haga trabajo comunitario y la reparación de los daños que se hayan causado”.

Al cuestionarle si borrarían todos los grafitis de la ciudad, ya que según la ordenanza municipal están prohibidos, expresó que ellos no saben quiénes son sus autores, pero que Adum era confeso, ya que él mismo se acercó a quienes estaban pintando de gris encima de los grafitos y lo dijo.

Daniel Adum Gilbert forma parte del grupo Litro x Mate y dice que es imposible adjudicarse la autoría de las obras, “cuando somos un batallón de personas”.

Él no ha sido notificado sobre alguna sanción legal. No cree que las obras sean ofensivas. “Siempre lo he visto y entendido como un aporte a la ciudad, un acto artístico y altruista que beneficia a la sociedad”.

Publicidad

Respecto del manejo que le han dado las autoridades al tema, opina que es “inadecuado, represivo y atemporal. El arte no es un delito, en especial en la manera en la que yo lo manejo, siempre pidiendo autorización a los propietarios de los muros. El arte es un espacio para la evolución de la especie humana”, agrega el joven, quien en el 2004 se dio a conocer en el medio local por la chanchocracia (stencils de chanchos que alarmaron a ciertos sectores de Guayaquil y Samborondón).

Daniel no ve que el Municipio haya demostrado apertura hacia las propuestas ciudadanas. “Se hace lo que ellos quieren y de la manera que ellos proponen, nos hemos levantado hacia esa actitud represora. He intentado conversar y proponer proyectos, pero han sido ignorados, sigo abierto a conversar con ellos”.

A raíz de esta polémica se creó otro grupo de más de 200 miembros de Facebook llamado Guayaquil de mis Colores. Uno de sus miembros, Enrique Avilés, cree que “el Municipio debe representar los intereses de los habitantes de la ciudad y ser un facilitador para llevarlos a cabo. Nunca debe ser un censurador. Antes de haberse iniciado cualquier acción de control se debió haber cuestionado qué era lo que se quería controlar (...) preguntando a los transeúntes y residentes sus impresiones”.

Añade que no entiende la persecución del Municipio a un grupo de ciudadanos dispuestos con sus propios medios a mejorar el panorama de la ciudad. Para él, la solución es “respetar y alentar el respeto. Abrirse a la expresión de ideas y trabajar junto a las mismas, no en contra. Ser más humano y menos robótico, dogmático”.

Otros artistas callejeros se unen a la protesta. Daftacid, de Patrimonio Callejero, dice que “Guayaquil es una ciudad sin identidad, gris. La están convirtiendo en un cubo de concreto adornado con adoquines y palmeras”.

Espacios para pintar

Elisa Montero, dedicada al arte urbano, cuenta que hace un tiempo unos policías le gritaban “vagabunda”. En otra ocasión, como es mujer, se “pusieron en actitud morbosa y fingieron admirar mi arte”. Cree que la expresión humana no puede ser censurada, “pintar, cultivar, fomentar, proponer, etc. no es delito”. Una solución, dice, es que las autoridades designen espacios libres para pintar.

Melvin Hoyos, director municipal de Cultura y Promoción Cívica, señala que es posible que haya un arte urbano legal, pero bajo las normas constituidas por el Cabildo. “Si no se hace de ese modo y se toma la propiedad privada, hay un problema y se empieza a delinquir. Vivimos en sociedad y no podemos hacer nuestras propias leyes”, puntualiza.

“En la noche por aquí es muy oscuro, los colores le daban vida”.
Kathy Quinde
Urdesa

“Me gustó que las paredes tengan color en vez de grises tristes. Una buena idea de la gente que hace ese tipo de arte”.
Mirta freire
Los Ceibos

“Me gustaban más los cuadros de colores, el camino a casa era más divertido”
Juan Cercado y su hija Melissa
Los Ceibos

"Luce opaco, es fea la calle así, estaba más bonita con los cuadros de colores, el Municipio debería dejar que nos expresemos libremente”.
Marina Añazco
Urdesa

“Los cuadros le daban vida a la ciudad, porque estaban en tres sitios”.
Ángel Solís
Los Ceibos

“¡Todo es tan inexplicable! La pared estaba despintada, sucia, dando mal aspecto por años, y el Municipio no hizo nada, pero un grupo la pinta y ahora sí a la semana le da una manita de pintura, ¿Ofrecen $ 1.000 por delatar a un grafitero? ¿Por qué no para que la gente en un barrio pinte y arregle su parque? ”.
Ricardo Coello
Artista

“Si no se hace de ese modo (con permiso) y se toma la propiedad privada, hay un problema y se empieza a delinquir. Vivimos en sociedad y no podemos hacer nuestras propias leyes”.
Melvin Hoyos
Director municipal de Cultura y Promoción Cívica

“La que se plasmó en esas paredes era una expresión artística. Algo muy diferente a una expresión vandálica”.
Roxana Ribadeneira
Lomas de Urdesa