De mis consideraciones:

En estos días, alrededor del debate sobre el juicio contra miembros del Diario EL UNIVERSO, he oído con mucha atención los planteamientos del presidente de la República sobre la verdadera libertad de expresión, el respeto a la honra ajena y el amor a la verdad. Es de enorme interés su planteamiento de que todos debemos exigir nuestros derechos en todas circunstancias y que la actuación del Gobierno va en ese sentido y en ningún otro: darnos el ejemplo y abrir las puertas a los ciudadanos para defendernos. No por otra razón ha emprendido esta cruzada quijotesca contra los medios de prensa privados, defensores de sus intereses particulares.

Es sobre esa base que me permito escribirle para que usted me guíe sobre los mecanismos de defensa de la honra personal. En múltiples ocasiones he sido insultado en las cadenas sabatinas con epítetos diversos que ponen en duda mi calidad profesional, lo que desgraciadamente tiene un efecto negativo sobre mi reputación. Y, más específicamente luego del 30-S, fui presentado como un golpista y traidor por haber estado en una conferencia pública y transparente en la ciudad de Miami. Golpista y traidor que constituyen acusaciones muy graves, y que fueron repetidas en diversos espacios del Gobierno, financiados con los aportes de todos los ecuatorianos.

En todos estos casos, sintiéndome golpeado en mi honra, habiendo esto afectado sin duda mi imagen pública y, lo que es más grave, habiendo esto golpeado a mi familia (también eso ha tenido el presidente la sabiduría de enseñarnos: los efectos sobre la familia es lo primero que uno debe defender) me permito preguntarle a usted: ¿podría conocer las pruebas, investigaciones y otras contextualizaciones que sin duda se dan alrededor de estas ofensas, antes de hacerlas públicas, ya que supongo los medios y mecanismos de información pública no aplican los mismos preceptos anticonstitucionales que supuestamente sí aplica la prensa privada? ¿Qué debo hacer para exigir reparación?, ¿que se me presenten disculpas públicas?, ¿que haya una rectificación y réplica en los mismos espacios públicos: cadenas, sabatina, u otros?, ¿alguna otra solución que usted considere pertinente? Estaría bastante de acuerdo si usted me aconsejara que emprender acciones judiciales es abusivo y sin sentido, y más aún si me recordara que las personas de alguna manera involucradas en la vida pública debemos asumir las críticas, incluso hirientes, como parte de esa responsabilidad. Además, se ha planteado el interesante tema de que en el Ecuador debe haber “cero tolerancia contra las ofensas y por la verdad”. ¿Cómo debo yo entender la aplicación de este principio?

Como simple ciudadano interesado en poder aplicar las mecanismos que el propio Gobierno nos ha abierto con su histórica decisión, le agradezco por su atención.

Atentamente.

NOTA: Por el respeto a la opinión ajena y el derecho a la réplica, en caso de recibir una respuesta, de la cual no dudo por su deseo que en el país se transparenten los temas de interés público, la reproduciré en este mismo espacio.