Unos por salud. Otros por ética. Algunos por curiosidad. Son varios los motivos, pero los vegetarianos solo buscan mantener una vida saludable y de respeto con la naturaleza.

El vegetarianismo tiene sus inicios en el siglo XVIII, pero el término vegetariano se impuso en 1842 en Inglaterra. Se originó como una práctica espiritual en Asia, donde el budismo e hinduismo predicaban el respeto a la vida de los animales.

Una alimentación vegetariana es sinónimo de salud, asegura la máster en nutrición y dietética Silvia Alejandro, quien señala que, según estudios, existe una relación positiva entre este tipo de dieta y la prevención de enfermedades.

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Agrega que no es fácil que una persona acostumbrada a consumir carnes sea vegetariana. Sugiere que el cambio debe ser gradual, porque debe adaptar su organismo a un 70% de alimentos crudos y 30% cocidos.

Este tipo de dieta puede ser recomendada tanto en niños como en adultos y personas de la tercera edad, pero debe estar bien balanceada, sostiene Martha Ríos, de Dieta Zona, porque un cambio brusco puede generar desequilibrios hormonales.

Pero otros especialistas consideran que la alimentación vegetariana no provee todos los nutrientes fundamentales que necesita una persona, como el hierro y vitaminas, lo que puede provocar osteoporosis, anemia y retrasos de crecimiento en niños, o pérdida de peso.

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Los fréjoles, garbanzos, trigo, lenteja contienen proteínas pero no son de alto valor biológico. Solo la soya es totalmente completa, sostiene Ríos.

Mientras que para Alejandro, las dietas vegetarianas equilibradas proporcionan una excelente nutrición desde la etapa del nacimiento hasta la adolescencia, pero agrega que existen momentos biológicos en los que los vegetarianos deben tener cuidado por una mayor demanda de nutrientes.

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Sin embargo, al contrario de lo que la mayoría de personas piensa, una alimentación vegetariana no se basa solo en verduras, frutas, granos y cereales, también hay grupos que consumen pescados, huevos, productos lácteos y sus derivados.

A los vegetarianos se los clasifica según su tipo de alimentación o dieta. Los tradicionales, por ejemplo, excluyen todo tipo de carnes, pero no lo hacen por moda sino por situaciones de salud, éticas, culturales y religiosas, dice la máster Alejandro.

Los veganos son una clase extrema, porque se abstienen de todo tipo de alimentos y productos de origen animal.

Los lactovegetarianos incluyen en su dieta, además de los vegetales, productos lácteos como leche, quesos, yogur, entre otros derivados. Aquellos que siguen este tipo de alimentación pero consumen también huevos se denominan ovolactovegetarianos.

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En cambio, los crudívoros no cocinan o calientan sus comidas, porque prefieren ingerir los vegetales y frutas en su estado natural, es decir totalmente crudos, para de esta manera preservar todos sus nutrientes, manifiesta Ríos.

Al restar alimentos de animales, proteínicos o derivados, los que adoptan la alimentación vegetariana los sustituyen con las leguminosas, por su excelente fuente de proteínas; y con frutos secos, debido a su aporte en ácidos grasos insaturados. Una mezcla recomendable, sostiene Ríos, son los cereales y leguminosas, porque sus proteínas se complementan de manera extraordinaria.

Sugiere incluir siempre en las comidas, en especial en las grandes, aceite de oliva, que previene la obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Las especialistas recomiendan snacks vegetarianos como las manzanas, rodajas de queso, una taza de avena, almendras, yogur sin grasa, leche de soya, tortillas de harinas con tofú (un queso de soya).

Incluso se puede hacer vegetariana a una mascota, señala Alejandro, porque el organismo de los animales trabaja con los mismos principios biológicos que el humano, pero Ríos considera que cambiarles su alimentación puede provocar problemas hormonales.

En la sociedad se margina a los vegetarianos porque siempre se considera nuestra cultura omnívora (que prueba tanto carnes como vegetales), sostiene Alejandro, lo que limita la integración especialmente en reuniones de trabajo, sociales, entre otras, añade.

Pero probablemente es el vegetariano el que siente pena de ver a sus familiares y amigos consumir animales, recalca Ríos, así como añade que, aunque no todos, tampoco toman licores y ni fuman.

Además, la oferta de locales de venta de comida rápida es superior a los de comida vegetariana, dice Alejandro.

Otros

Granivorianos: consumen alimentos en grano.

Lacto-cerelianos: se alimentan de productos lácteos y cereales.

Frutarianos: su dieta se basa en frutas, pepinos y aguacate.

Eubióticos: no asocian alimentos proteicos con carbohidratos.

Semivegetarianos: comen menos carne que el común de la gente.

Pescetarianos: no comen carne, leche o huevo, pero sí peces.

No carnívoro: no comen carnes. No consideran el pescado o mariscos como carnes, y tampoco las grasas o aceites animales como productos similares.