EFE
LISBOA.- Coldplay volvió a demostrar por qué es considerado uno de los grandes grupos de la última década en su concierto el miércoles pasado en Lisboa, donde conjugó su buen hacer encima del escenario -en realidad, su especialidad- con la mezcla de estilos, grandes éxitos y nuevos temas de su próximo disco.

Tras tres años de silencio -desde el 2008, cuando sacaron Viva la vida or death and all his friends- se espera con ansiedad el lanzamiento de su nuevo y quinto álbum, del que el miércoles tocaron cinco canciones.

El grupo británico interpretó canciones como Lost, The Scientist, Yellow o Major Minor, de su último trabajo (todavía por publicar) y cerró su concierto como lo empezó: con una salva de fuegos artificiales que iluminó el cielo lisboeta.