EFE
MEXICO.- Los países de América Latina han logrado adecuar sus leyes en materia de derecho a la alimentación y lucha contra el hambre y ponerlas a la vanguardia, pero persisten desigualdades estructurales que dificultan los avances en la materia, explicó hoy un alto representante de la ONU.

"Es una región paradójica: grandes avances legislativos, pero relativamente poca capacidad para tratar de resolver las desigualdades estructurales. Como resultado hay una muy desigual distribución de la propiedad de la tierra", dijo el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter.

En entrevista, De Shcutter destacó que muchos países latinoamericanos "han adoptado reformas en sus constituciones o legislaciones que fortalecen la lucha contra el hambre y usan el derecho a la alimentación como un instrumento para combatir el hambre y la malnutrición".

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Entre ellos están Ecuador, Bolivia y Brasil, que mencionan en sus constituciones el derecho a la alimentación y la defensa de la soberanía alimentaria.

También Nicaragua y Guatemala están obligados por ley a emprender determinadas acciones de lucha contra el hambre, dijo De Shcutter, quien confió en "que algún día México" entre en esa lista.

"En este sentido, Latinoamérica está muy a la vanguardia. Pero en otros aspectos estos son países donde hay grandes desigualdades", lamentó.

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Ello se refleja, por ejemplo, en la concentración en manos de "una pequeña elite" de la propiedad de la tierra, "con los pequeños campesinos enfrentando muchas dificultades para sobrevivir y seguir activos".

De Schutter pone como modelo a seguir a Brasil y su programa "Fome Zero", lanzado el 1 de enero de 2003, y en el extremo contrario a Guatemala, "donde la desigualdad" y la "malnutrición infantil" continúan siendo muy altas.

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En términos generales, el funcionario belga considera que los países de Latinoamérica "han conseguido un progreso significativo" y caminan en la dirección correcta para tratar de cumplir con el Objetivo del Desarrollo del Milenio (ODM), que pretende reducir a la mitad el hambre en 2015 respecto a los niveles de 1990.

Datos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU apuntan a que hay unos nueve millones de niños latinoamericanos que padecen desnutrición infantil, y que la desnutrición genera pérdidas de casi el seis por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) a estas naciones.

El relator especial comenzó ayer una visita a México invitado por la Cancillería de este país que concluirá el próximo 20 de junio, cuando presentará en rueda de prensa las observaciones preliminares de su estadía.

De Shcutter lleva en el cargo desde mayo de 2008, cuando fue designado para el mismo por el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas.

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