“Necesito el celular, es parte de mi vida, lo utilizo para trabajar”, dice Fabián Guerrero, un estudiante universitario de 24 años que trabaja como conductor en una compañía de taxis.

Guerrero recibe alrededor de doce llamadas al día y, según señala, cada una tiene una duración cercana a tres minutos. “No utilizo el manos libres porque es incómodo y no se escucha bien”, confiesa.

El cálculo aproximado en tiempo de llamadas al día de Guerrero llega a 36 minutos, lo que lo ubica en el grupo de usuarios que utiliza su móvil por más de media hora diaria y para el que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), detectó un incremento del 40% en el riesgo de tumores cerebrales.

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Esto porque, según estas instituciones, en un estudio reciente se descubrió que los campos electromagnéticos generados por las radiofrecuencias de los teléfonos son “posiblemente cancerígenos”, y el uso excesivo de estos aparatos tiene un impacto importante en la aparición de gliomas, un tipo de tumor cerebral.

El oncólogo Luis Hunda considera que esta aseveración debe de analizarse detenidamente y no tomarla “de una forma fría”.

Los supuestos daños por la tecnología ya se han analizado hace algunos años, señala el especialista. En mayo del 2010, por ejemplo, la OMS abarcó el tema de la telefonía móvil, pero en esa ocasión señaló que las ondas de radiofrecuencia no pueden perjudicar el cuerpo humano.

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En la reciente publicación acerca de este tema, la OMS fue muy clara al decir que los celulares podrían causar cáncer, es decir, no es una realidad, sino una posibilidad, agrega Unda, y sostiene que los problemas por el uso de telefonía móvil a los que se refiere la OMS apuntan principalmente al conducto auditivo y al sistema nervioso.

El informe que publicó la OMS la semana pasada dice: “Lo que la radiación de los teléfonos hace es similar a lo que sucede a los alimentos en el microondas, o sea esencialmente cocina el cerebro. Así, además de que conduce a un desarrollo de cáncer y tumores, podría haber toda una serie de otros efectos negativos a la función cognitiva de la memoria, ya que los lóbulos temporales están exactamente donde colocamos los teléfonos celulares”.

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La oncóloga María Cristina Zabala dice que aunque la investigación de la OMS no afirma sino que da una probabilidad del daño que puede ocasionar el uso de telefonía móvil, se debe tener presente que la radiación, en cualquiera de sus grados, altera los tejidos del cuerpo y causa alteraciones en la salud.

Aunque en el enunciado se dice que son los celulares los que podrían causar cáncer, “es obvio que los PSP, iPod y otros aparatos, por ser tecnología, puedan enmarcarse en este campo”, aclara Unda, pero señala que es necesario mantener la calma.

“Cuando nosotros hablamos de cáncer, hablamos de factores de riesgo, como el consumo de tabaco o de alcohol y para poder hablar de una enfermedad neoplácita, debemos hacer la suma de varios factores de riesgo, como para decir si esa persona es propensa a tener esta enfermedad”, manifiesta Unda, quien asegura que no existe una base de equilibrio para definir el porcentaje de riesgo que tenga una persona que utilice celular.

“Así, si el usuario de telefonía móvil fuma o bebe alcohol, tendrá un riesgo de desarrollar un cáncer, no puedo echarle toda la culpa a la tecnología celular”, señala, y sugiere, sin embargo, no utilizar el celular más que para “cuestiones básicas”, por ejemplo, si se va a hacer una llamada para cuestiones sociales, que esa llamada no sea larga.

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Por su parte, Zabala aconseja a los usuarios que sean más cautos y alejen el celular de los oídos. “También se debe evitar dormir con el celular prendido y cerca de la cama, pues la radiofrecuencia sigue emitiéndose”, asegura.

Entre las recomendaciones que realizan estos especialistas están, además, utilizar el manos libres, mantener el celular a una distancia de 40 centímetros del cuerpo, enviar mensajes en lugar de llamar, chequeos médicos que tengan que ver con la función auditiva y no exponerse a otros factores de riesgo como los mencionados.

Datos

El uso de teléfonos móviles se ha universalizado: en el mundo hay unos 5.000 millones de contratos de telefonía celular.

Los teléfonos móviles suelen estar prohibidos en los hospitales y a bordo de los aviones, ya que las señales de radiofrecuencia pueden interferir con ciertos aparatos médicos electrónicos y con los sistemas de navegación aérea.

El riesgo de traumatismos causados por el tránsito aumenta cuando se utiliza el teléfono móvil al volante (tanto si se sostiene en la mano como si se usa un dispositivo «manos libres»).