REUTERS-AFP
DETROIT, EE.UU..- El defensor del suicidio asistido Jack Kevorkian, conocido como el Doctor Muerte por ayudar a más de 100 personas a poner fin a sus vidas, falleció  a los 83 años, dijo su abogado.

Kevorkian murió en el hospital Beaumont de Royal Oak, en el estado de Michigan, donde estaba internado desde hacía unas dos semanas con problemas de riñón y corazón, dijo Mayer Morganroth, su abogado y amigo.

Detroit Free Press informó que aunque se le había diagnosticado cáncer de hígado anteriormente, murió por un coágulo de sangre que obstruyó su corazón.

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Kevorkian, un patólogo, se centró en la muerte y los moribundos mucho antes de iniciar un controvertido debate nacional sobre el suicidio asistido mientras recorría Michigan a bordo de una destartalada furgoneta Volkswagen donde llevaba una máquina para ayudar a las personas enfermas a poner fin a sus vidas. Afirmaba haber ayudado a 130 personas a morir.

Recibió el apodo de "Doctor Muerte" de sus compañeros durante
su residencia médica en la década de 1950, cuando pidió trabajar en el
turno de la noche en el Hospital de Detroit para poder estar de servicio
cuando morían más personas.

Algunos lo veían como un héroe que permitía a los enfermos terminales morir con dignidad, mientras que sus críticos más duros lo definían como un asesino a sangre fría que asaltaba a aquellos que sufrían dolor crónico y depresión. La mayoría de sus clientes eran mujeres de mediana edad.

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Kevorkian obligó a Estados Unidos a confrontar los problemas éticos en torno a cuál es la mejor forma de tratar el dolor y el sufrimiento de los enfermos terminales, cuando en 1990 salieron a la luz su máquina de suicidio Thanatron (máquina de muerte) y los vídeos de sus pacientes rogándole que les ayudara a morir.

Kevorkian lanzó su campaña de suicidio asistido en 1990, cuando permitió que un paciente con Alzheimer se quitara la vida utilizando la máquina que él había diseñado y que permitía inyectarse una droga letal. Fue acusado por homicidio en primer grado en el caso, pero los cargos se desestimaron más tarde.

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Apasionado e inquebrantable en su causa, Kevorkian, un patólogo de origen armenio, se destacó por desafiar a abogados, fiscales y jueces al acelerar su campaña durante la década de 1990 utilizando varios métodos como el gas de monóxido de carbono.

A menudo, Kevorkian dejaba los cuerpos en los hospitales entrada la noche o en habitaciones de hotel donde asistía los suicidios.

Venció a los fiscales de Michigan en cuatro ocasiones antes de que lo condenaran por homicidio en segundo grado en 1999 luego de que CBS News difundiera un video suyo administrando sustancias letales a un hombre de 52 años que sufría una degenerativa esclerosis lateral amiotrófica, conocida como enfermedad de Lou Gehrig, conocida así por el besibolista estadounidense de los Yankees de Nueva York que murió por este mal.

Kevorkian estuvo preso ocho años. Como condición para su libertad condicional en el 2007, prometió no asistir más suicidios.

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"No me arrepiento de nada en absoluto", dijo a CNN en una entrevista el año pasado.

Tras salir de prisión Kevorkian dio conferencias y en el 2008 se candidatizó al Congreso, sin éxito.

Un documental de la cadena de televisión HBO sobre su vida y la película "You Don't Know Jack", protagonizada por Al Pacino, lo volvieron a convertir en noticia el año pasado.

En una entrevista con Reuters Televisión en junio del 2010, el activista por el derecho a morir dijo que temía a la muerte tanto como cualquier persona y dijo que el mundo tenía una actitud hipócrita hacia la eutanasia voluntaria, o suicidio asistido.

"Si podemos ayudar a las personas a venir al mundo, ¿por qué no podemos ayudarlas a dejar el mundo?", dijo.

La desesperación que llevó a decenas de personas moribundas a viajar a Michigan para ser conectadas a su "máquina de misericordia" -que mataba por inhalación de monóxido de carbono, a veces en moteles, a veces en su Vans Volkswagen- ayudó a convencer a muchos de la necesidad de que exista "un derecho a morir".

El suicidio asistido por doctores se convirtió en ley en Oregon en 1997 y en el estado de Washington en el 2009.

Finalmente la práctica de médicos que dan recetas para ayudar a los pacientes terminales a suicidarse fue aceptada legalmente por la Corte Suprema de Estados Unidos.

Unos 525 pacientes en Oregon y 135 en Washington han muerto después de ingerir dosis letales de medicamentos prescritos por sus médicos desde que las leyes fueron promulgadas, según muestran registros estatales.