La bebé Yolet Guale, quien cumplirá tres meses de edad este domingo, se ha convertido en la “niña milagrosa” del hospital Metropolitano de Quito. Así la llama el personal médico de esta casa de salud debido a su lucha constante por vivir.

Desde que nació, el pasado 17 de enero, en la maternidad del Guasmo, Matilde Hidalgo de Procel en Guayaquil, cada día ha sido para ella una prueba de sobrevivencia y de fortaleza para sus padres Carlos Guale, de 36 años; y Tatiana Tenorio, de 24, quienes nunca perdieron la fe en la recuperación de su única hija.

Los rostros de ellos esbozan una gran sonrisa cuando visitan a su niña en el área de cuidados intensivos de Neonatología del hospital Metropolitano, donde es atendida desde el 26 de marzo pasado. La pareja señala que la atención es diferente a la que recibía en el hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante de Guayaquil. “Aquí hay una enfermera cuidándola siempre, los médicos nos dicen lo que tiene”, dice Guale.

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La madre está sorprendida y contenta porque ayer su hija respiraba con normalidad.

“Le quitaron el respirador artificial”, expresó con alegría la mujer, lo que significa que su enfermedad, síndrome de intestino corto (dificultad para asimilar los nutrientes de los alimentos), evoluciona de manera positiva.

La menor ahora mueve todas sus extremidades, también ha crecido y ganado un poco de peso. Su batalla por vivir ha sorprendido a varios de los médicos, y según Guale, también ha arrancado lágrimas en algunos especialistas que hoy ven que está mejor, pese a que al principio los pronósticos no eran alentadores.

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El pediatra intensivista que atiende a Yolet, Ernesto Quiñónez, señaló que es “muy grave” lo que vivió la menor porque resistió nueve paros cardíacos. El último lo tuvo durante su traslado de Guayaquil a Quito.

Al llegar al Metropolitano le dio un paro respiratorio, comentó Quiñónez, y resistió una hora y media de reanimación. El especialista señaló con optimismo que hasta el momento no se ve una afectación en la función cerebral porque la menor mueve sus ojos y todas sus extremidades.

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Yolet es una de los dos sobrevivientes de entre trece bebés que estaban ingresados en el área de cuidados intensivos de Neonatología del hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante, entre febrero y marzo pasados, cuando se descubrió la presencia de la bacteria Serratia. Once de los pequeños fallecieron y otro fue dado de alta.

En un informe que realizó el Ministerio de Salud Pública se reveló que cinco de los menores de esa área tenían la bacteria Serratia, una de ellas fue la menor Guale. Sus padres recuerdan lo difícil que fue recibir atención en ese centro.

Guale recordó que el pasado 18 de enero cuando derivaron a su hija a este centro de salud desde la maternidad del Guasmo, Matilde Hidalgo de Procel, porque tenía abdomen agudo obstructivo (también llamado vólvulo intestinal), primero le dijeron que no tenían camas.

“No la querían recibir” y esperaron cuatro horas para que subieran a su hija al área de Neonatología, donde se le cortaron las dos terceras partes del intestino, el que quedó reducido a 55 centímetros (lo normal, según los médicos, es más de un metro y medio).

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Se prevé operación

Para anoche estaba prevista una reunión, en la cual analizarían la posibilidad
de unir el intestino delgado de Yolet al grueso para que pueda defecar, al momento lo hace a través de un orificio en el abdomen.

Cambio de alimentación

Se busca reemplazar la fórmula Neocate por Healthcare (leche que tiene proteínas y grasas).