La primera hospitalización de Yolet Guale fue por tres días, en los que –según el papá– evolucionó bien, por lo que la médica tratante le dio el alta, aunque no las instrucciones de cómo alimentarla. “Ella como tratante debió haber estado ahí, porque el caso de mi hija era muy delicado”, recalca Tatiana Tenorio, la madre. Las enfermeras le dijeron que podía darle leche materna. A los cuatro días, la niña se agravó, convulsionó y regresó al hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante.

La mujer recuerda que después el jefe del área de Neonatología de ese hospital les llamó la atención por no haberla alimentado con una leche de fórmula. “Pero no nos dieron indicaciones ni diagnóstico, nosotros lo averiguamos después”, dice la madre, quien permaneció varios días en shock por la enfermedad de su pequeña.

Cuando su hija tenía 19 días de nacida escuchó comentar a padres de otros niños que una doctora del área había expresado que “lo que estaba matando a los niños era una bacteria. Todos nos pusimos mal”, menciona Tenorio, quien agrega haber visto a las enfermeras de esa casa de salud manipular a los bebés sin guantes.

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Ahora Carlos Guale, el padre, señala estar agradecido con el Ministerio de Salud porque ha asumido los gastos de su hija en el hospital Metropolitano, unos $ 1.300 diarios. Además, la esposa del ministro David Chiriboga está pendiente de su estado y la visita todos los días.

Guale sabe que a su hija le espera un largo tratamiento, por ello espera conseguir un trabajo en Quito para asentarse en esa ciudad. Actualmente se hospeda en un departamento del norte de Quito, en casa de Tito Bedoya, amigo de un sobrino, junto a cuya familia continuamente elevan plegarias a Dios por la salud de la menor.