Víctor Bajaña, de 29 años, sostiene en sus manos dos muestras de sangre de su hijo David, de 4. Uno de los envases, el más largo, no tiene tapa.

Aramide Casquete, de 38 años, esposa de Bajaña, comenta: “Así me lo dieron” en el área de laboratorio.

La semana pasada, la pareja llevó al menor a la sala de Emergencias del hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante, porque es tratado como sospechoso de dengue clásico.

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En el área de laboratorio, los empleados que recibieron las muestras de sangre, orina y heces no tenían guantes. Además, mientras cumplían su trabajo ingresaban alimentos.

Según las normas generales de bioseguridad en hospitales, el transporte de muestras se debe realizar en cajas herméticas, coolers o termos, para evitar caídas o salpicaduras. Estas deben ser rígidas y resistentes a los golpes, contar con materiales absorbentes en su interior y de fácil desinfección.

“Bajo ningún concepto se pueden transportar las muestras en manos”, señala el Manual de Bioseguridad.

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El ex director provincial de Salud, Eduardo Verdesoto, expresa que el personal de laboratorio debe utilizar guantes y gafas transparentes, pero en el Hospital del Niño los empleados no tenían ni guantes ni mascarillas. “Todo el personal tiene que usar prendas de protección, como guantes y gafas transparentes, porque la protección de la bioseguridad es tanto para ellos como para los usuarios, para no contaminar a otros pacientes, porque yo pincho una vena para sacar sangre y luego el enfermo mueve el brazo, la sangre salpica a mi ojo y si el enfermo tiene alguna enfermedad infecciosa, también me enferma porque cayó sangre a la mucosa del ojo”, dice.

En consulta externa, uno de los médicos, quien trabaja durante décadas para el Ministerio de Salud Pública, critica la situación en que se encuentra este centro. “Solamente mire lo sucio y viejo que está, hay que pintarlo, adecentarlo para que sea un consultorio pediátrico”, expresa, y asegura que sí tiene guantes, mascarillas, alcohol, jabón líquido y toallitas sanitarias, sin embargo, al buscar las mascarillas notó que se habían terminado.

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Al médico le molesta llegar a la consulta del mediodía y ver pañales desechables en un cesto de basura sin tapa, lo que sucede en las demás áreas de esta casa de salud.

Otro de los médicos, quien tampoco quiso identificarse, protesta porque las paredes están despintadas, hay papeles pegados en todas las áreas, el aire central está dañado. “Por ahí ingresa cualquier cantidad de polvo, está sucio, ahí hay problemas”, señala.

Cuestiona que no se retiren los desechos de los consultorios al mediodía, pese a que hay tres turnos de limpieza, y critica las técnicas que se utilizan. “Aquí se pone el trapo mojado y no se barre”, dice él.

Verdesoto indica que lo correcto es trapear con un bactericida, dependiendo del área, y recoger los desechos con aspiradora. En este hospital aún se emplean las escobas.

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“Aquí no se respetan las normas de bioseguridad, no tenemos mascarillas, los niños nos tosen en la cara y nos van a enfermar”, expresa el médico.

Isabel Naranjo, de 24 años, llevó a su hijo Dustin Flores, de 7, quien padece de asma. Ella compró una mascarilla para proteger a su pequeño.

La directora, Patricia Parrales, señala que se están esforzando por aplicar las normas de bioseguridad y para ello planean colocar dispensadores de alcohol. Sostiene que se ha capacitado al personal en bioseguridad, pero que por la saturación provocada por la demanda de pacientes es complicado que sea frecuente.

Renuncia: Director de salud
Comunicado
Yuri Patiño, quien ocupó el cargo de director provincial de Salud, renunció ayer tras ocho meses de cumplir estas funciones, según informó, la tarde de ayer, un comunicado de dicha entidad.