Los parques Seminario, Centenario y Centro Cívico, la terminal terrestre Jaime Roldós Aguilera, el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, el cerro Santa Ana, algunas estaciones de la Metrovía, centros comerciales, consultorios médicos y restaurantes son lugares donde se soltarán en el transcurso de mañana 117 ejemplares de diversos títulos, con el objetivo de que sean leídos por quienes los encuentren.

Las obras permanecerán dentro de una funda plástica, sobre la que habrá un sticker de EL UNIVERSO, el cual avala la campaña Prolectura y en el que también están las instrucciones a seguir con el texto que se tiene en las manos.

Por ejemplo, se explica que no se lo abandone mientras no se haya disfrutado hasta la última línea. Se sugiere que se lo deje en lugares públicos y concurridos para que otra persona lo encuentre y tenga la misma experiencia que el lector anterior.

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Asimismo, se especifica que al haber liberado el libro se puede acceder al sitio www.eluniverso.com/prolectura para responder tres preguntas sencillas e ingresar datos personales y participar en el sorteo de una computadora portátil.

Las obras del plan de lectura El libro viajero, que es un esfuerzo conjunto de Fundación y Diario EL UNIVERSO, también contarán en su interior con un separador. A quienes encuentren los textos se les pide que conserven la funda plástica para que estos sean devueltos a la calle dentro de estas.

“Lo que se logra dejando el libro en la funda es que no se moje, porque es época de lluvias, y también que se confíe en que esa obra forma parte de la campaña que estamos promoviendo”, afirma Paquita Calderón, una de las promotoras de la campaña El libro viajero.

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Ella agrega que este es un proyecto piloto. “Estamos atentos para saber cuáles son los resultados del experimento y descubrir cómo reacciona la ciudadanía cuando, por azar, se encuentra un libro”, señala.

Añade también que algunos libros y sus autores no han tenido un reconocimiento y, por eso, precisamente fueron escogidos en esta campaña para que logren mayor difusión. Entre ellos están Cuando éramos mayores, de Anne Tyler; El invitado, de Carlos Arcos; y Liquidación, de Imre Kertész. Mientras, otros textos son mundialmente conocidos, como Patas arriba, de Eduardo Galeano; Baldomera, de Alfredo Pareja Diezcanseco; El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, La tregua, de Mario Benedetti; Iván el tonto, de León Tolstói; y 20 poemas de amor, de Pablo Neruda.

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Calderón asegura que desea que al finalizar, en septiembre próximo, el proyecto piloto se puedan hacer reuniones periódicas con los lectores de cada una de las obras y dialogar en torno a estas y, asimismo, se puedan crear, incluso, clubes de lectura.