Empecemos con algo que rayaría en lo risible si no fuera serio: la Corte Constitucional ha decidido que las revocatorias de mandato en marcha, luego de aprobadas las firmas ciudadanas, deben pasar por un filtro adicional: ¡la propia autoridad que puede ser revocada debe señalar si acepta o no el proceso de revocatoria! Estamos locos. A este paso consultemos a los delincuentes si desean ser juzgados o salir en libertad. Igual de locos cuando la consulta popular plantea “…que el enriquecimiento privado no justificado sea delito”. Ojo: si dijera ilegal estaría bien, aunque para eso no se requiere consulta, pero aquí es otra cosa: los ciudadanos debemos justificar nuestro patrimonio sin que medie ninguna decisión judicial sino una simple presunción del Estado. Y hay tantas locuras más…

Vamos al tema recordando un punto básico: el IESS tiene mucho dinero para invertir (8.000 millones de dólares) porque aún hay mucha gente activa que aporta y pocos jubilados que cobran. Pero con el tiempo, inevitablemente esto va cambiando, habrá menos trabajadores (el censo lo confirma, la población solo está creciendo al 1,5% anual) mientras que los jubilados van aumentando (alrededor del ritmo de crecimiento de la población de 30 años atrás, 3% anual). Por eso, si proyectamos a futuro (es el déficit actuarial que el IESS debería publicar regularmente pero no lo ha hecho desde hace varios años), en realidad hay un hueco financiero al menos de unos 5.000 millones de dólares. Y eso lo tendrá que cubrir el Gobierno en el futuro (claro, a quien le importa porque es en 20 o 30 años…., pero debería importarnos).

Mientras tanto, el IESS debe invertir lo mejor posible sus excedentes con dos criterios: rentabilidad y seguridad de recuperación (diversificar para no poner todos los huevos en la misma canasta). Ahí existe una peligrosa falla: la concentración en préstamos al Gobierno. En estos dos años el IESS le ha prestado 1.400 millones a lo que suman 800 millones por los aportes obligatorios que el Gobierno no está haciendo (obligatorios pero que el Gobierno, contrariamente a los ciudadanos, puede no cumplir). Más de 1.000 millones al año. ¿Y esto seguirá? Claro. ¿O alguien nos puede certificar que el Gobierno no va a pedir préstamos similares estos próximos años y que sí cancelará sus obligaciones? El IESS tendrá comprometidas con el Gobierno cantidades enormes. Unos y otros dicen: pero no hay problema, el IESS gana un buen rendimiento y los bonos son seguros.

El problema es que cuando las cantidades de deuda sean enormes, a lo cual hay que sumar el déficit actuarial antes comentado, el Gobierno no tendrá la liquidez para irle devolviendo al IESS los préstamos (no los intereses, sino el capital que será necesario para atender a los entonces jubilados). ¿Por qué será problemático? Porque el Gobierno deberá realizar un doble y muy difícil esfuerzo: dejar de pedir prestado para financiarse año a año, y pagar las deudas antes acumuladas. Los jubilados pagarán los platos rotos, cuando las actuales autoridades de Gobierno e IESS ya no estén para rendir cuentas.